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CRÍTICA PACIFIC RIM (2013), POR ALBERT GRAELLS

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“Pacific Rim” resulta una mala película. Que nadie se enfade ni se lo tome a mal. Sé que hay gente que le gusta la película y lo respeto, pero que algo te guste no significa que sea bueno. Subjetivamente a mí me gustan películas que objetivamente sé que son malas. “Pacific Rim” es una mala película y además no me gusta.

¿Porque creo que “Pacific Rim” es una mala película y es una mala película, y porqué no me ha gustado? Voy a empezar por el mayor error de la película, lo que le quita más puntos y lo que a mí personalmente más me ha molestado hasta el punto de indignarme. La historia de “Pacific Rim” ya la he visto antes, se llama “Evangelion”, canta a kilómetros que “Pacific Rim” es una mala copia de “Evangelion”. Si Guillermo del Toro quería hacer “Evangelion”, por mi perfecto, pero entonces que hubiese hecho “Evangelion” o no la hubiese hecho, que no hubiese hecho algo intermedio, en tierra de nadie. Si puedes hacer algo con 80% de “Evangelion”, puedes hacerlo con un 100% de “Evangelion”. Entonces hazme una adaptación de “Evangelion” y titúlalo “Evangelion”, no copies “Evangelion” salvo alguna cosa, no pretendas que algo que es un 80% “Evangelion” pase por algo que no sea “Evangelion”. Y encima no mientas diciendo que no has visto la serie y que no te la has copiado. No, no poco. Tenemos a los robots gigantescos que luchan contra seres gigantescos (sustituir Jaegers por EVAS y los Kaiju por Ángeles), tenemos al mariscal Pentecost que es una copia del comandante Gendo Ikari, el personaje de Rinko Kikuchi es una copia de Rei Ayanami, Charlie Hunnam es una copia de Shinji Ikari, hay personajes de “Pacific Rim” que se parecen muchísimo a personajes de “Evangelion”, luego los traumas emocionales de personajes de “Pacific Rim” que también está sacado de “Evangelion”, tenemos lo de la fusión mental y la conexión con los Jaegers, el fluido naranja que envuelve a los pilotos antes de su conexión mental que está sacado directamente del LCL, lo de Pentecost hablando con sus superiores está sacado de Gendo Ikari hablando con SEELE, y la base Jaeger en Hong Kong es otra copia del cuartel general de NERV, los pilotos introduciéndose dentro de los robots… hay un montón de cosas en “Pacific Rim” que están sacadas directamente de “Evangelion” con total descaro, incluso hay planos y momentos calcados de “Evangelion”.

Los 190 millones de dólares que costó “Pacific Rim” lo podrían haber gastado en hacer una primera película de “Evangelion”. Teniendo lo que tiene “Pacific Rim” de “Evangelion” podrían haber hecho “Evangelion” directamente, habría contentado a mucha más gente, y los fans no estaríamos tan frustrados porque los estudios no se atreven a arriesgar un puto duro para una adaptación de “Evangelion” pero se gastan 110 millones de dólares en “Papá pitufo se pitufonéa a Pitufina 2, ahora en París 3D”. Van a hacer un live-action de “Detective Pikachu” antes que uno de “Evangelion”. En Hollywood el sentido común pasa por ser el menos común de los sentidos.


Otra cosa con la que falla mucho “Pacific Rim” es con su guión, y a este respecto la culpa la tiene Travis Beacham, un mal guionista con poca experiencia. Lo que le falla más al guión es la estructura narrativa. Tenemos una historia, la historia de “Pacific Rim”. Empieza la película, y en el primer minuto de metraje ya nos han explicado la mitad de la historia, el resto de la película sólo explica la otra mitad de la historia. El guión debe tomarse al menos veinte páginas para explicar bien el inicio de los ataques de los Kaiju, cómo van quedando las ciudades destruidas, qué medidas toma la humanidad para defenderse, cómo se crean los Jaegers, cómo se preparan los ataques contra los monstruos, cómo se selecciona a los pilotos, cómo se entrenan, cómo se conocen los personajes y qué pasado tienen, cómo se ven afectados por la lucha contra los monstruos, cómo los ataques de los monstruos afectan a la economía global y cuáles son sus efectos en la sociedad y en el modo de vivir, etc. De todo eso que el espectador necesita saber sólo explican la mitad y lo resumen en un minuto. Eso es un gran error, porque si resumes la mitad de la historia en el primer minuto y luego con el resto de la historia te tomas el resto de la película, el espectador no puede evitar creer que en el primer minuto le has explicado una película y el resto del tiempo le has enseñado otra película. Con un minuto de planos muy cortos y muy rápidos, al espectador no le da tiempo de enterarse de misa la mitad.

La película empieza mal, pero es que resto de la película no es mejor, porque la narrativa está mal estructurada, con secuencias que deberían ir antes o deberían ir después o escenas que se alargan y otras que son demasiado cortas.

Luego el montaje también es irregular, porque en la primera mitad la película tiene planos muy cortos y muchos cortes, pero la segunda parte de la película tiene planos más largos y cortes mejor estructurados. La primera mitad de la película no está debidamente montada, pero la segunda mitad está bastante bien montada, y eso confunde al espectador, le da la sensación de que la película no deja de corregirse a sí misma una y otra vez, como que esto no funciona y ahora hago esto pero no es así y vuelvo a hacer aquello. Es decir, la película, tanto en narrativa como en edición, está inadecuadamente estructurada.

Esto es seguramente debido a que la película tuvo dos montadores, John Gilroy y Peter Amundson, que como no se ponían de acuerdo decidieron montar uno una mitad de la película y el otro montar la otra mitad. Estoy segurísimo de que la primera mitad de la película la montó John Gilroy, porque su trabajo siempre ha sido irregular. Claro, si una película no tiene siempre el mismo tempo, el espectador se confunde. Una película con una historia no la puedes montar la mitad de una manera y la otra mitad de otra manera, porque queda muy irregular y muy feo. “Pacific Rim” la debería haber montado en solitario Peter Amundson, que sabe hacerlo muy bien.


Los monstruos, los Kaiju, no me entusiasmaron. Hay dos que están bien diseñados, pero el resto son aburridos. La verdad es que todos los monstruos de la película se parecen mucho, no son muy variados.

Luego están las peleas de los Jaeger contra los Kaijus que personalmente no me gustaron, y voy a explicar porqué. Ver a los Jaeger luchar contra los Kaiju en “Pacific Rim” es como ver a dos morsas o dos elefantes marinos luchando el uno contra el otro, con movimientos lentos y pesados, como si les costara moverse. No es que los Jaeger no puedan moverse con cierta agilidad, porque pueden hacerlo dentro de sus limitaciones, pero no entiendo porque Guillermo del Toro se entestó en hacer las luchas en el mar y de noche, y lloviendo. Con esto consigue dos cosas muy negativas, que no se vean bien las peleas, y que las peleas parezcan dos morsas dándose aletadas en las mejillas y luchando por levantar sus enormes y pesadísimas barrigas.

A este respecto en la película sólo hay dos luchas entre los Jaeger y los Kaiju que están bien. Una es la que sucede en la isla de Hong Kong (en la isla en sí, no en la costa), que como no sucede en el mar tanto el Jaeger como el monstruo se mueven con mayor rapidez y sí pueden ofrecer una muy buena pelea, y como sucede en la isla las luces de neón iluminan bastante y se consigue que la pelea se vea bien. La pelea de Jaeger contra Kaiju en la isla de Hong Kong está muy bien, esa sí es una muy buena pelea, la mejor escena de acción de la película. Luego hay otra pelea que no está tan bien pero como sucede de día por lo menos se ve, y que sucede en Sídney, pero sólo se muestra unos segundos de la pelea.


Así que tenemos que la única pelea verdaderamente buena que hay en la película es la que sucede en la isla de Hong Kong. Pero es que es de simple lógica. Tanto los Kaiju como la Jaeger son enormes y muy grandes, por lo tanto les cuesta moverse con la agilidad, rapidez y velocidad de un ser humano. Pero si encima los pones a luchar en el mar, e incluso en el fondo del mar, donde el agua limita todavía más sus movimientos y su agilidad, pues no van a ofrecer peleas espectaculares. Los robots de “Transformers” también son grandes pero se mueven con agilidad ¿Por qué no pueden hacerlo los Jaeger y los Kaiju? ¿Por qué narices hay ponerlos a luchar en el agua? Que luchen en tierra firme, como en Hong Kong, dónde allí sí que pelean de verdad. Pero es que si encima haces las peleas de noche es que entonces tampoco se ven bien. ¿Qué cuesta que los Jaeger y los Kaiju peleen durante el día? Cómo la pelea en Sídney. La pelea en Sídney era de día y se veía estupendamente bien. ¿Por qué no puede ser así toda la película? Que se vea bien, que no sea todo el rato las luces de neón o de linterna iluminando la lluvia en medio de una oscuridad que no permite ver mucho.

En la película hay una escena en la que el protagonista se pelea con otro piloto de Jaeger, y es una muy buena pelea, porque los pilotos se mueven con agilidad y dan fuertes golpes. Si todas las peleas de “Pacific Rim” entre los Jaeger y los Kaiju hubiesen sido así, la película hubiera ganado muchísimo.

La estupenda composición musical compuesta por Ramin Djawadi, el destacable trabajo del director de fotografía Guillermo Navarro, y el buen trabajo de los actores no consiguen compensar la balanza y ofrecer aspectos positivos de la película que pesen más que los negativos. Si algún día hacen “Pacific Rim 2” tienen mi consentimiento para que copien “Digimon” si a cambio escriben un buen guión y monten bien la película.

Protagonizan:

Shinji Ikari


Rei Ayanami


Comandante Gendo Ikari


Kaworu Nagisa


Makoto Hyuga


Asuka Langley


Cuartel General de NERV


Ángeles


EVAS


centenares de momentos y escenas calcados de la serie


Mi calificación es:

CRÍTICA L.A. CONFIDENTIAL (1997), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: Años 50. Tres policías de Los Ángeles se ven envueltos en una intriga criminal que destapa los trapos sucios del Departamento. Para recuperar el prestigio perdido, los tres agentes se hacen cargo de la investigación del caso.

“L.A. Confidential” resulta una propuesta sorprendente de cine noir de contexto y ambientación clásico. Cuando se estrenó la película ya hacía mucho tiempo que no se hacía cine negro como el que se hacía en los años 40 y 50, y de repente apareció esta adaptación de la homónima novela de James Elroy, novelista que ha escrito muchas obras de la misma temática como “La dalia negra” o “Clandestino”, y el resultado es una propuesta que no tiene nada que envidiar a las películas de detectives y policías de los años 40 y 50. Habría que remontarse hasta “Chinatown” para tener una referencia de película de cine negro igual de significativa, aunque la película de Roman Polanski estaría más centrada en la figura del detective privado, como “El halcón maltés”, “El sueño eterno”, o “Lennox”, que no en la del policía, como pudiera ser “Gangster Squaid”, o novelas como las ya mencionadas “La dalia negra” y “Clandestino”.

Resulta atractivo el hecho de que la película dibuje un departamento policial muy sucio, muy corrupto, sobretodo teniendo en cuenta que los protagonistas son agentes de la policía. El único que parece mantenerse íntegro hasta dónde puede es el protagonista, interpretado por Guy Pearce, pero los demás, en mayor o menor medida, no tienen problemas con la corrupción mientras redunde en su beneficio.

Narrativamente la película está bien estructurada, se siguen bien las diferentes tramas de la historia, pero esta se va complicando a partir de la segunda mitad, y en algunos momentos no hubiese molestado poner algunos flashbacks muy cortos para que el espectador no se pierda, porque sólo oye nombres al final y le resulta complicado relacionar algunos de los hechos si no es con algún apoyo visual. Que es lo mismo que le sucede a “El sueño eterno”, se entrecruzan tantos nombres en los diálogos que resulta difícil saber o entender de quienes hablan los diferentes personajes. A “L.A. Confidential” le ocurre igual. Se puede seguir la historia fácilmente, pero hay momentos, pocos, en que cuesta entender de quienes hablan algunos personajes.


El reparto es impresionante, no sólo porque está compuesto por muchos actores conocidos, sino porque todos los actores hacen un trabajo de actuación muy bueno. Guy Pearce, Russell Crowe, Kevin Spacey, James Cromwell, Kim Basinger, Danny DeVito, David Strathairn, Ron Rifkin, Paul Guilfoyle, Simon Baker... Todas las actuaciones, destacando las principales, resultan muy disfrutables. Es más, en el caso de Guy Pearce incluso, pocas veces a estado mejor en un peícula.

El director de la peícula, Curtis Hanson, es también conocido por película como “8 millas” o “En sus zapatos”, que son propuestas interesantes, pero es en “L.A. Confidential” donde se visualiza un mejor hacer de Hanson. De hecho Hanson juega muy bien con el color, por ejemplo es interesante el uso que se hace del color rojo para anticipar o remarcar la violencia y la muerte que se produce o se observa en cada escena. Como cuando Russell Crowe se acerca a la casa dónde se produce un episodio de violencia doméstica, observamos en el tejado el Papá Noel rojo de neón y las lucecitas rojas de Navidad, las velas a ambos lados del porche, el mantel de la mesa, el envoltorio de lo regales de Navidad, la corbata del gordo que pega a su mujer, el letrero del número de la casa. Son pequeños detalles que se observan en diversos lugares del cuadro, pero que están presentes en la escena. Otro ejemplo sería cuando llevan a los seis sospechosos mejicanos a la comisaría, observamos también elementos rojos, como la decoración navideña, la bandera de Estados Unidos, o la bandera de California. Son un anticipo del linchamiento que los policías harán contra los seis sospechosos mejicanos.


Otro ejemplo lo podemos observar en la escena en que James Cromwell queda con Russell Crowe para devolver la placa y la pistola. Están sentados en una mesa, con los sillones de cuero rojo y con una vela roja en medio de la mesa. En ese momento el rojo no funciona como un remarco de la violencia, porque no se produce violencia. En esa escena el rojo funciona como un anticipo de la violencia y las muertes que se producirán en las siguientes escenas, y que serán por orden de Cromwell, aunque el espectador aún no lo sepa. Y es así. En la siguiente escena, cuando dos de los antiguos lugartenientes de Mickey Coen caminan hacia su coche, salen de una casa cuya puerta principal es roja. Y en la siguiente escena, cuando acribillan a otros dos lugartenientes de Coen, observamos como uno de los atacantes lleva una corbata roja. O cuando Cromwell y Crowe llevan a otro gangster al motel Victory para torturarlo, vemos el cartel rojo de Victory Motel. Se puede observar en toda la película como el director Curtis Hanson va poniendo detalles rojos en el cuadro para anticipar o remarcar un episodio de violencia o muerte.

Curtos también juega mucho con la construcción de la composición de imagen para mostrar una doble acción. Por ejemplo, cuando Russell Crowe comprueba que el secuestrador al que ha disparado al corazón está muerto y lo amaña todo para que parezca que le ha disparado en defensa propia y no indiscriminadamente (en la escena podemos observar también varios detalles rojos), al mismo tiempo a través de la ventana vemos el resto de agentes que salen del coche y corren a la casa. En vez de mostrar dos acciones en dos planos diferentes, Curtis construye una composición de imagen que permita una doble acción y haga más dinámico el ritmo.

“L.A. Confidential” resulta una muy disfrutable película, sobretodo para quienes gusta el cine negro o la literatura de detectives y policías, notablemente muy bien hecha, con un buen guión, una buena dirección y unas buenas actuaciones, y deja con ganas de volverla a ver.

Mi calificación es:

CRÍTICA ALIEN, EL OCTAVO PASAJERO (1979), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: La Nostromo es una gigantesca nave espacial de transporte con una tripulación mínimca bajo el mando del capitán Dallas y que incluye a la inteligente suboficial Ripley. Respondiendo a una llamada de socorro, descubren una navealienígena abandonada en la que hay unos extraños huevos.

CON SPOILERS

Se debe agradecer a George Lucas no sólo la existencia de la saga de “Star Wars”, sino también la existencia de la saga “Alien”, pues no se abría hecho “Alien, el octavo pasajero” de no ser por el impresionante éxito de “La guerra de las galaxias”. El film de Lucas llevó a pensar a los directivos de los estudios que las películas ambientadas en el espacio eran un éxito de taquilla asegurado, que podría ser una moda que diese mucho dinero, y debido a eso se llegó a hacer absurdidades como “Moonraker”. Pero “Alien, el octavo pasajero” resulta una propuesta atractiva y estimulante, no es una película con muchas reminiscencias a “La guerra de las galaxias”, nace del éxito de esta, pero no tiene nada que ver con el film de Lucas.

“Alien, el octavo pasajero” no sólo es una película de ciencia-ficción, es una película de terror ambientada en el espacio, lo que resulta muy interesante. Normalmente las películas de terror se ambientan en pueblos, en casas, en bosques, incluso en montañas o en el mar en algunas ocasiones. Pero una película de terror ambientada en el espacio, eso es una propuesta con mucho potencial, y Ridley Scott supo gestionar bien ese potencial.

Pocas veces Ridley Sscott ha estado tan inspirado como en “Alien, el octavo pasajero”, junto con “Blade Runner” es su mejor película. La dirección de Scott en esta película es impresionante, cómo trabaja los escenarios, el espacio escénico, sobretodo la nave Nostromo. Al principio la va mostrando cómo es cotidianamente, pero cuando sale el alien y empieza a cazar a los tripulantes Scott empieza a mostrar el interior de la nave espacial como un laberinto, e introduce al espectador en ese laberinto. Claro, eso genera angustia. El espectador se mete en la película y se ve asediado por un monstruo implacable en un escenario laberíntico.


Resulta también destacable el trabajo de Scott en cuanto a la planificación visual. Hay uno plano general, de mínima distancia focal, que no es muy contrapicado, pero se aprecia que la cámara está a ras del suelo. Es la escena en que Ripley, Dalas y Ash entran en la sala dónde está John Hurt inconsciente porque descubren que el bicho que tenía enganchado en la cara ha desaparecido. Es un plano que transmite la inquietud del momento, vemos la acción prácticamente a la altura en el que la vería el bicho (si tuviera ojos), nos da a entender que el bicho está escondido en la sala.

Hay otro momento de la película que tiene justo el mismo plano. Es el momento en que Ripley oye gritar a Parker y a Lambert cuando los ataca el alien, y va a buscarlos. Antes de que Ripley los encuentre muertos, está en un pasillo, con el lanzallamas en mano, y vemos justo el mismo plano, el plano general ligeramente contrapicado a ras del suelo. Ese plano consigue transmitir al espectador la sensación de que el Alien, ahora, va a asechar a Ripley.

Y hay otro momento en la película que es parecido, cuando Brett va a buscar al gato. Es el momento en que se lava la cara con las gotas de agua que caen de arriba, antes de que le ataque el alien. En un momento dado, hay un plano muy contrapicado encuadrando lo que hay arriba de la sala de lo que sea, vemos muchas cadenas colgando y demás, pues en ese plano, no lo vemos, pero sale el alien. En ese plano está el alien, lo que pasa es que está camuflado y por eso no lo vemos a primera vista, se ve pero como con el color se confunde con el fondo no nos llegamos a percatar la primera vez. Robert Zemeckis ya homenajea en “Beowulf” éste momento, en la escena en que Beowulf entra en la cueva de Angelina Jolie, que está forrada de tesoros hechos con oro. En esa escena de esa película también hay un plano muy contrapicado, cuando Beowulf mira al techo, que nos muestra el techo de la cueva. Y en el techo está el monstruo que interpreta Jolie, la forma está definida, pero como tiene la piel dorada, pues por el color se confunde y el monstruo se camufla, por eso Beowulf no se da cuenta de que lo ve. Lo mismo pasa con Brett y con el espectador en “Alien”, ve al alien pero no se da cuenta.


Hay otro momento, cuando Ripley huye con el gato enjaulado hacia la nave auxiliar a pocos minutos de que explote el resto de la nave, en que se hace un muy bien tratado uso de la iluminación. Ripley huye asustada por un pasillo, después de ver lo que al alien le ha hecho al resto de la tripulación del Nostromo. Incluso ha tenido que incinerar vivo a Dalas para que deje de sufrir. Y el alien aún vive, está fuera, buscándola. Ripley está acojonada, tiene que cruzar el pasillo para llegar a la nave auxiliar y estar a salvo, pero aún no está a salvo, está asustada, tiene mucho miedo. En ese momento, mediante un aparato de refrigeración (supongo que metieron un fresnell detrás del aparato, no lo sé cómo lo hicieron), la luz va parpadeando. Y cuando Ripley gira un poco la cabeza para ver si el pasillo de su izquierda está despejado, y ve al alien en medio barriéndole el paso hasta la nave auxiliar, la tía se acojona, y el espectador también, y entonces las luces parpadean más deprisa, como en una discoteca, y eso acentúa la sensación de terror. Es muy impactante. Y además la música y la estupenda actuación Weaver también acentúan esa sensación de terror.

En la película destaca un movimiento de cámara que está muy bien, cuando Ash está mirando por el microscopio una muestra del bicho que John Hurt tiene enganchado en la cara. La cámara se acerca, y entonces llega Ripley y se sienta al lado de Ash, y entonces la cámara hace un travelling lateral izquierdo para corregir el encuadre, pero de una específica manera, porque vemos a Ripley cogiendo unas tenazas, o unas tijeras o lo que sea, y cuando se sienta levanta las tijeras, y visualmente, mediante esa corrección de encuadre, vemos como si Ripley metiera las tijeras a Ash por la nariz para sacarle el cerebro por ella. Es un claro anticipo de que Ripley y Ash se llevarán cada vez peor hasta que se enfrenten. De hecho, nada más bajar las tijeras Ripley ya empieza a discutir con Ash.

Pero el trabajo de Ridey Scott, tanto en el diseño visual, la composición visual y el uso del espacio escénico, no es lo único destacable. Los efectos visuales de la película están muy currados, y todo lo que es el diseño de producción resulta maravilloso; las maquetas, los trajes de astronauta, los decorados... el mismo diseño del alien es espectacular, porque no es sólo un sólo diseño, son tres. Primero está cuando sale del huevo, que parece una mezcla de cangrejo y pulpo. Luego, cuando sale del pecho de John Hurt, tiene forma como de pene así bastante grueso. Y al final parece una mantis religiosa negra de dos metros con una cabeza con forma de cachalote. El diseño final del alien acojona, está tan bien que incluso ha servido de referencia para otros monstruos. Por ejemplo en el videojuego “Resident Evil 4” una de las criaturas tiene un diseño muy parecido al del alien, o una de las tranformaciones de Freezer en “Dragon Ball Z” se parece bastante al alien, o el diseño del personaje de Celula en “Dragon Ball Z” recuerda mucho al alien.


También resulta fascinante el diseño de Ash, el androide, que eso es un giro de guión que uno se queda parado, porque el espectador se pasa tres cuartos de la película asumiendo que todos los tripulantes de la Nostroms son humanos, y resulta que uno de ellos era un androide, y los demás tripulantes no tenían ni idea. Y eso es muy interesante, porque normalmente el espectador conoce una información que los personajes desconocen, o los personajes conocen una información que el espectador desconoce. Pero en “Alien, el octavo pasajero” el espectador comparte el desconocimiento de todos los personajes humanos, y eso hace que el espectador se ponga en el lugar de los personajes, introduce al espectador en la historia, como si estuviera en la misma Nostromo.

Pues el diseño del androide Ash es perturbador. Normalmente cuando uno piensa en un androide tiene la idea de un robot que por fuera parece humano pero que por dentro tiene cables, circuitos, cpu, trozos de metal... cosas así. Pero el androide Ash, por dentro, está hecho de partes elásticas, que parecen cordones umbilicales, y una sustancia viscosa que parece yogur... es un diseño muy heavy que hace que el espectador sienta angustia, que lo pase mal.

Mencionar también el trabajo de los actores, que tampoco hay muchos, pero todos están muy bien. Destacan por supuesto Ian Holm y John Hurt, que son actores de merecido reconocimiento, y Sigourney Weaver, que está estupenda. Al principio no destaca mucho pero a medida que avanza la película (y a medida que van cayendo los demás) gana más protagonismo, y termina por ser la heroína de la película.

Resulta curioso, y de agradecer, que en una gran producción de Hollywood de 1979, el héroe sea una mujer, que esta no quede relegada al personaje de damisela que debe ser salvada por el héroe sino que la mujer sea el héroe, y que sea una mujer además fuerte, luchadora y valiente, no como la Bella de “Crepúsculo”. En eso hay que felicitar y reconocer a todos los que apostaron por la película y apostaron porque en la película le héroe fuera una mujer y fuera una mujer fuerte, luchadora y valiente. Que ahora no parece tan destacable, pero para una película de Hollywood, de gran presupuesto además, y del año 1979, tiene su mérito.

“Alien, el octavo pasajero” termina por ser una obra maestra del cine, una de las mejores películas de ciencia-ficción y de terror de la historia, y una gozada que se disfruta de principio a fin con angustia e intriga.

Mi calificación es:

CRÍTICA ALIENS VS PREDATOR 2 (2007), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: Cuando una nave exploradora predator se estrella en un pueblo de Colorado, los aliens a bordo escapan y matan a todos los predators excepto a uno. El último predator superviviente debe ahora acabar con todos los aliens, así como con el terrorífico Predalien, que fue engendrado en la anterior entrega. Mientras tanto, los habitantes del pueblo están siendo inútilmente atrapados en medio del último enfrentamiento entre estas dos criaturas alienígenas.

“Aliens vs Predator 2” es una película acojonantemente mala. El guión es una mierda, la dirección es una mierda... la película, en definitiva, es una mierda pinchada en un palo cuyos directores, los hermanos Strause, te obligan a pisar ensuciándote tus bambas acabadas de comprar. Es la sensación que se tiene al ver esta mierda de película.

La historia en sí es muy aburrida, no es nada interesante, la trama no es que esté muy trabajada. Pero eso no es lo preocupante, lo preocupante son los personajes. Yo no he visto hasta ahora una película en la que los personajes importen tan poco como en "Aliens vs Predator 2". Esto es muy triste, porque para qué una historia interese al espectador a éste le deben importar los personajes, o al menos debe sentir empatía o interés por algunos. Pero aquí no. De hecho te da igual lo que le ocurran a los personajes, te la suda si se mueren. Es que de hecho en la película casi todo el mundo muere, pero tampoco te importa porque los personajes te traen sin cuidado.

Parece que lo que los hermanos Strause pretendían es que el espectador sintiera simpatía por los aliens, los predator o por los Predalien o lo que sea que metieron en la película. Pero claro ¿cómo puede sentir el espectador simpatía por unos bicharracos de anatomía insectisoide venidos del espacio exterior que vienen a cazarnos a nosotros y matarnos? Es absurdo.

La película ya empieza mal, mostrando el mundo donde viven los predator y su sociedad. El espectador no ve la película por ello. El espectador no quiere ver un documental sobre la sociedad de especies alienígenas. Esa escena en el mundo de los predator no aporta nada, no es necesaria y está fuera de lugar.


"Aliens vs Predator 2" pretende ser una película de terror, como “Alien, el octavo pasajero”, y eso no es malo, porque se puede hacer una buena historia de terror con elementos de ciencia ficción, y más con las criaturas de los aliens y los predator. ¿Qué pasa? ¿Que en esta película no lo explotaron? Y es una lástima, porque tenían muy buenos elementos típicos de muchas películas de terror, como el típico pueblo pequeño del Cinturón de la Biblia rodeado de zonas boscosas y con su pequeña oficina del sheriff, el instituto, el hospital, etc.

Pero aquí sólo hay muchas muertes brutales, mucho gore, mucha sangre, mucha masacre, mucho esto es un infierno, y espectaculares peleas entre el predator y el predalien, y esto en definitiva es lo mejor de película, de hecho esto es el único bueno de la película, lo único que interesa. ¿Qué ocurre? Que no se ve.

Imaginaos que estáis viendo una película gore en el que el 80% son escenas nocturnas y la mayor parte bajo la lluvia, y que los directores de esta película han tenido la genialidad de rodar precisamente todas estas escenas nocturnas, a veces con lluvia, sin utilizar un solo foco y subiendo al máximo el diafragma de la cámara. Claramente no ves nada. Es como si los directores te taparan los ojos con la mano y te impiden ver las únicas cosas de la película que merecen la pena. Es como si un ciego quisiera ver la película. En "Aliens vs Predator 2" no hay ni un solo plano en el que los bichos se vean bien, o se vean tan sólo, porque hay escenas que directamente ni los ves de lo oscuro que está. En el clímax el espectador no es capaz de distinguir qué bicho es el predalien y cuál el predator, porque no se ve absolutamente nada. Parece que los hermanos Strause lo hubiesen hecho expresamente para fastidiar al espectador: "Anda, mira, hemos oscurecido las únicas escenas que te interesan para que no veas nada. Elis, elis. Ahora te jodes". Manda cojones que al espectador le tomen el pelo de esta manera.

¿Qué pasa con las escenas diurnas? Hay gore, pero tampoco lo muestran. Lo hacen fuera de cámara o sólo lo insinúan. La cuestión es tener mucho gore pero no mostrarlo con claridad.

Concluyendo, “Aliens vs Predator 2” es una película realizada únicamente no para entretener sino para hacerte perder ochenta minutos de tu tiempo.

Mi calificación:

CRÍTICA PROMETHEUS (2012), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: Finales del siglo XXI. Un grupo de científicos y exploradores emprende un viaje espacial de más de dos años en la nave Prometheus a la luna de un remoto planeta recién descubierto, donde su capacidad física y mental será puesta a prueba. El objetivo de la misión es encontrar respuesta al mayor de los misterios: el origen de la vida en la Tierra.

CON SPOILERS

Hace cuatro años había muchísima expectación con el estreno de “Prometheus”. Era la precuela de “Alien, el octavo pasajero”, iba a explicar el origen de Alien, y además estaba dirigida por Ridley Scott, el director de “Alien, el octavo pasajero”, un muy buen director. Una película de 130 millones de dólares de presupuesto protagonizada por actores conocidos y muy buenos; Noomi Rapace (la Lisbeth Salander de las películas suecas de la trilogía “Millennium”), Michael Fassbender, Charlize Theron, Idris Elba, Guy Pearce, un fulano que es clavado a Tom Hardy... “Prometheus” prometía mucho, prometió más de lo que dio.

La películas tiene aspectos que están muy bien. Los efectos especiales son perfectos, de hecho obtuvieron una nominación al Oscar. Todo lo que es el diseño de producción también resulta interesante y está muy bien hecho; los decorados, los trajes de astronauta, las naves, el maquillaje está muy bien hecho... la fotografía también destaca mucho, la película luce una fotografía maravillosa. Ridley Scott no se muestra ni una cuarta parte de lo inspirado que estaba en “Alien, el octavo pasajero”, pero su dirección no es mala.

¿Qués es lo que falla, entonces, en la película? ¿Qué convierte a “Prometheus” en una decepción y una mala película? Principalmente tres cosas: la música, el guión y los descuidos que cantan.

La música es horrible, no pega para nada. Hay momento en que la música es acertada y está bien, pero los temas principales de la composición musical no se entienden. Tu ves una escena de la película, oyes los temas principales que se escuchan, y no pegan para nada. Los temas principales de la música parecen compuestos para otra película totalmente distinta y no para una precuela de “Alien, el octavo pasajero”.


Luego está el guión, que es una mierda. Primero que parece escrito por un alto mando de la iglesia de la cienciología, o quizá la iglesia de la cienciología pagó a los guionistas, o quizá los productores o los directivos del estudio sean cienciologos, yo qué sé. Es por la historia de la película, que cuenta que los humanos no evolucionamos de los monos sino que fuimos creados por una especie alienígena que vino a la tierra. ¿En serio creían que nos la meterían doblada, que nos lo íbamos a tragar? ¿Qué cojones tiene que ver con Alien que Galácicus fuera a la Tirra a tirar a un volcán de Hawai las almas congeladas de unos alienígenas para crear a los humanos? La historia de “Prometheus” está calcada de las chorradas de la cienciología. Me cago en la puta, es una tocadura de huevos. Vas a ver “Prometheus” esperando ver una película de la saga “Alien”, y te cuelan una adaptación de las chifladuras de un giliflautas. Que se vayan a tomar por culo, joder. No sólo quieren lavarnos el cerebro a toda la humanidad, encima pretenden que paguemos por ello.

La película tiene muchos momentos que no tienen sentido. Por ejemplo, al principio Lisbeth Salander está en Escocia y descubre unas pinturas rupestres en una cueva, y llama a su marido, el primo de Tom Hardy, para que suba a verlo. Éste le pregunta si lo ha datado, y su mujer le responde que tiene 35.000 años. ¿Cómo cojones puede haber datado las pinturas si las acaba de encontrar? Digo yo que hay que hacer escaneados, análisis criptográficos, medidas de composición... no, 35.000 años porque lo dice ella y punto.

Cuando la nave Prometheus se acerca a su destino la tripulación humana se despierta, se recuperan de la criogénesis y comen para coger fuerzas... salvo el capitán de la nave, que se fuma un puro mientras decora un árbol de Navidad que se ha traído a escondidas. ¿Ya de paso porque no se disfraza de Papá Noel y dice “Ho, ho, ho. Feliz Navidad a todos”? No sé, que reparta regalos a los tripulantes. Un exprimidor eléctrico a la Charlize Theron para que se haga un zumito por la mañana, un par de gafas afflelou para el biólogo, “El origen de las especies” de Darwin para la Dra. Shaw... cosas así.

Resulta que los tripulantes de la nave Prometheus... ¡No se conocen! No es que no se conozcan personalmente, de amiguetes y tal. No, no. Es que no se conocen de nada. Han estado durmiendo griogenizados, en la misma sala, dos años y cuatro meses, y no se conocen de absolutamente nada, salvo la Dra. Shaw y su marido que se conocen y el capitán y sus dos suboficiales-pilotos, pero los demás ni puta idea de como se llaman sus compañeros ni en qué trabajan. Es acojonante. ¿Os imagináis una producción cinematográfica en el que llega el primer día de rodaje, todos los que trabajan en el rodaje llegan al set, y nadie tiene ni puta de como se llaman los demás ni cual es su cargo? ¿A qué sería un caos? ¿Cómo se espera entonces que sea le expedición espacial de “Prometheus”? ¿Qué multinacional, en su sano juicio, se gasta un trillón de dólares en una expedición espacial, y no presenta a los miembros de dicha expedición antes de hacer la expedición?


El personaje del geólogo barbudo con tatuajes es acojonante. Tal como se le presente el biólogo le dice que no ha venido a hacer amigos sino a ganar dinero. Vamos a ver. ¿Quién se hace geólogo para ganar dinero? Para ganar dinero uno se hace banquero, político, narcotraficante... ¿pero geólogo? Un tío que se hace geólogo no porque le motive la geología sino porque lo que le motiva es ganar dinero. Es de una subnormalidad inconcebible. Y luego está que sea tan antisocial. Cuando uno es geólogo normalmente trabaja en equipo, sobretodo cuando hace expediciones. Entonces en una expedición, cuando los demás miembros le saludan o se presentan no puede ir con que no ha venido a la expedición a hacer amigos. ¿Qué actitud es esa? No se puede ser individualista en un trabajo en equipo, sobretodo en una expedición en el espacio. Vas a viajar y vas a vivir y trabajar con un grupo de personas durante mucho tiempo, y lo interesante sería que te llevaras bien con esas personas, precisamente porque vas a estar con ellas mucho tiempo, y se hace mejor el trabajo si todos los miembros del equipo se llevan bien, no si van de sobrados y se dicen: Me la suda quienes seáis y qué hacéis porque yo he venido aquí a hacer dinero.

Luego hay una sesión informativa dónde la chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y su marido tomhardyano informan a los demás tripulantes de qué trata la expedición. Tócate los cojones, los miembros de la expedición no saben a qué cojones han venido, han ido voluntariamente a tomar por culo del espacio, griogenizados más de dos años, sin saber porqué. ¿Puede haber algo más absurdo? ¿Puede haber una expedición menos seria?

Resulta que los alienígenas que en la película nos crearon a los humanos volvieron a la Tierra centenares de miles de años después y, durante muchos miles de años, enseñaron a diferentes civilizaciones de diferentes épocas las coordenadas de un sistema de estrellas que no se puede ver desde la Tierra y en el cual tienen una base de almacenamiento armamentístico, y después se descubre que esos mismos alienígenas, hace dos mil años, quisieron destruirnos con la misma sustancia con la que nos crearon. Vamos a ver. Tú eres una especie alienígena superavanzada, vas a un planeta para crear una vida con la misma base genética de tu especie, sin motivo aparente, porqué sí, porque yo lo valgo, lo haces con una sustancia mortal que destruye tu especie pero conserva tu ADN para, con ese mismo ADN, crear una nueva especie que, a pesar de tener el mismo ADN, se parece muy poco a la tuya, y centenares de miles de años después quieres aniquilar esa misma especie que creaste con aquello con lo que precisamente la creaste. Primero que ya es absurdo pretender aniquilar una cosa con aquello con lo que la creaste. ¿Esa sustancia destruye la vida o la crea? ¿O cómo funciona? ¿Tiene libro de instrucciones o prescripción médica? Porque tan pronto destruye la vida como la crea, convierte a simples gusanos en el origen de Alien y a humanos en zombies. Después ¿Cual es el punto de crear una especie para aniquilarla centenares de miles de años después? Para eso no la creas. ¿Y porqué a esa misma especie, centenares de miles de años después de crearla, vuelves a la Tierra para estar con ella unos miles de años y enseñarle las coordenadas de una base armamentística de tu especie? ¿Qué lógica tiene eso?


La nave Prometheus llega a la luna a la que tienen que llegar, y ven lo que podría ser una construcción de los alienígenas que les crearon. Miembros de la expedición salen con sus trajes para entrar a esa construcción, y el geólogo les dice a los demás por el camino que la construcción está hueca. ¿Cómo puede saberlo si aún no ha entrado en la construcción? Los científicos de finales de éste siglo serán acojonantes, no les hará falta ni analizar ni ver nada, sabrán las cosas por inspiración, cual pitonisa de programa de tarot de madrugada.

Dentro de la construcción encuentran la entrada a una cueva dónde, sin motivo alguno, el aire es respirable para los humanos, y los miembros de la expedición se quitan el casco de los trajes. ¿Cómo pueden un grupo de científicos quitarse el casco en un planeta al que acaban de llegar? El aire es respirable, sí, pero puede haber bacterias en el aire, bacterias de ese planeta, bacterias que les puede infectar. Siendo científicos ellos lo tendrían que saber mejor que nadie.

El androide David activa un holograma en el cual los miembros de la expedición ven algo que ocurrió hace dos mil años, cuando tres de los “ingenieros” corrían asustados de algo y corrieron a encerrarse en la sala dónde precisamente está aquello que les asustaba. Bravo, espectacular lógica de “ingenieros”.

Los miembros de la expedición llegan a la puerta de la sala y encuentra el cadáver decapitado por la puerta de uno de los “ingenieros”, y el biólogo y el geólogo se cagan de miedo. ¿Porqué? Si es un cadáver, no se va a mover ni a levantar ni les va a atacar. Que después de dos mil años lo máximo que debe quedar son los huesos. ¿Tienen miedo de unos huesos y de un traje mohoso? De quitarse el caso y respirar el aire de un planeta al que acaban de llegar no tienen miedo, pero les acojona un cadáver de dos mil años. No sólo eso, el biólogo y el geólogo dejan tirados al resto de miembros de la expedición y vuelven por su cuenta a la nave. ¿Pero cómo se puede ser tan poco profesional? Justamente cuando necesitan al biólogo para que examine los restos del cadáver que han encontrado, éste se va porque le asusta. ¿Pero quien ha contratado a esos tipos? Cuando una multinacional se gasta un trillón de dólares en una expedición lo normal es que dicha multinacional se encargue de contratar para esa expedición a los mejores profesionales, o al menos a profesionales competentes, profesionales que sean profesionales, no pueden enviar a cualquiera. Habrá candidatos y la multinacional observará y evaluará sus trabajos, sus carreras, su reputación. ¿Cómo pueden, entonces, haber contratado a esos impresentables? Es que no es serio.


David abre la puerta y los miembros de la expedición que no han huido entran en la sala, dónde encuentran vasijas, una efigie y otras cosas bonitas. Entre las cosas que encuentran hay una piedra verde y brillante encima de una mesa, que no se sabe porqué está ahí, ni se sabrá, porque la cámara encuadra la piedra como si fuera a ser importante, y luego durante el resto de la película la piedra ni se ve. ¿Entonces para qué enseñar esa piedra como si fuera a ser importante en la trama si no lo va a ser ni se volverá a ver?

El biólogo y el geólogo no pueden volver a la nave porque el geólogo se pierde. Esto es impresionante, de verdad. ¿Cómo puede un geólogo, un geólogo, perderse en una cueva si lo único que tiene que hacer es volver por dónde ha venido, y sobretodo cuando minutos antes había lanzado unas superbolas voladoras escaner que habían construido un mapa 3D y que le indicaron por dónde tenía que ir? No sólo eso, sino que tienen comunicación por radio con la nave dónde ven el mapa 3D que van dibujando las bolas escaner. ¿Qué le costaba al geólogo preguntar a los de la nave por dónde estaba la salida?

En la nave la reina en el palacio de las corrientes de aire examina la cabeza de “ingeniero” que encontraron, mientras su marido está al lado bebiendo alcohol. Yo alucino con la tripulación de esta expedición. ¿Qué científico, mínimamente profesional, se lleva alcohol a una expedición? No sólo eso, que además bebe alcohol en la misma sala en la que examinan restos orgánicos encontrados en la misma expedición. No se puede ser tan poco profesional. Si es un alcohólico que no es capaz de abstenerse de beber alcohol en una expedición científica, al menos que beba alcohol en un sitio apartado y no en la misma sala en la que están examinando restos encontrados en la expedición.

Después David habla con su creador, Peter Weyland, que es quien financia la expedición y que aún está criogenizado en la nave. Weyland le ordena a David que, con la sustancia que hay en la vasija que cogió de la cueva, infecte al marido de la Dra. Shaw... porque sí, sin razón aparente.

David va a ver al marido de la Dra. Shaw, Charlie Holloway, y le ve bebiendo otra vez porque tiene la sensación de haber fracasado. ¿Porqué se siente así? Si acaban de llegar, han encontrado una instalación alienígena y cadáveres alienígenas. No hay motivo para que tenga la sensación de haber fracasado. Habría motivo sino hubieran encontrado nada, pero el primer día tiene la potra de encontrar una instalación alienígena y cadáveres de sus “ingenieros”. Eso no es un fracaso, eso es un éxito ¿Qué más quiere el tío?


David le sirve a Holloway una copa en la que ha metido una gota de la sustancia que ha sacado de la vasija que se llevó de la cueva. Pero no lo hace a escondidas, no, lo hace delante de Holloway, y éste coge la copa y se la bebe. ¿Pero eres idiota? Si acabas de ver como un androide ha metido algo en una bebida que pretende que te bebas, encima no te bebas esa bebida, es de sentido común.

En la instalación alienígena vemos como el biólogo y el geólogo ven una montaña de cadáveres de “ingenieros”... y se acercan a los restos para inspeccionarlos. Pero vamos a ver, unas horas antes se fueron cagando leches asustados porque habían encontrado un cadáver, y ahora que encuentran una montaña de cadáveres sienten curiosidad. ¿Qué puta lógica tiene eso?

El capitán de la nave deja tirados al biólogo y al geólogo para irse a echar un polvo con Charlize Theron, y encima la convence preguntándole: ¿Eres un robot? Sin duda esta es la peor tripulación que haya tenido una expedición espacial en una película en toda la historia del cine. ¿Y si les ocurre algo al biólogo y al geólogo? Pues se las tendrán que apañar porque no hay nadie en el puente de mando de la nave con el que comunicarse por radio porque el capitán está ocupado follándose a la Charlize Theron con una excusa propia de una peli porno.

En la instalación alienígena, en la cueva dónde están las vasijas, el biólogo y el geólogo ven a una especie de serpiente alienígena que se pone en una posición amenazante, haciendo estragos de atacar. ¿Qué hace el biólogo? Se acerca a la serpiente para jugar. ¿Cómo puede ser que el biólogo se asuste por un cadáver de hace dos mil años, y por el contrario se quiera poner a jugar con una serpiente alienígena que se ve que es peligrosa y que se pone en posición de ataque? Hasta el más tontolaba sabe que si una serpiente alienígena se pone en posición de ataque, no debes acercarte porque te va a atacar. ¿Cómo un biólogo, un biólogo, no sabe eso que sabe hasta el más tonto?

Al día siguiente Holloway descubre que está infectado con algo extraterrestre, y en vez de decirle nada a nadie se lo calla, poniendo en peligro al resto de la tripulación. Eso no es ser ya incompetente o poco profesional, es ser un cabrón.

¿Porqué demonios a finales del siglo XXI las hachas las fabrican con el mango doblado? ¿Para qué?


La Dra. Shaw se entera de que está embarazada, y que el feto es alienígena, así que activa la cápsula médica que Charlize Theron tiene en su módulo para que le haga una cesárea, pero la máquina no puede hacerle una cesárea porque está diseñada para operar a un ser humano varón ¿Qué lógica tiene que Charlize Theron, siendo mujer, se lleve una cápsula médica diseñada para operar a un hombre?

La cápsula médica le abre la tripa a la Dra. Shaw, le saca un calamar de las entrañas, y vuelve a cerrarle la tripa mediante grapas. ¿Después de un operación así, como puede la Dra. Shaw pasarse el resto de la película corriendo, saltando y bajar en cuerda?

Shaw descubre que Peter Weyland no está muerto, como les hicieron creer al resto de la tripulación, sino que estaba criogenizado. Weyland le comenta a Shaw que únicamente le quedan unos días de vida. ¿Si Weyland, con ciento y pico de años, está tan mal de salud como para que le resten sólo unos días de vida, no le habría matado el despertar de la criogenización? Al principio de la película vemos como, después de despertarse de la criogenización, la tripulación sufre mareos y vómitos. ¿Eso no le habría causado la muerte a Peter Weyland si estaba moribundo?

Más adelante se arma la de Dios es Cristo. Uno de los “ingenieros”, que estaba vivo, se carga a media tripulación que quedaba con vida, y Shaw descubre que la instalación alienígena es una nave espacial, con la que el “ingeniero” pretender ir a la Tierra para soltar allí el cargamento de sustancia negra para aniquilar a la humanidad. El capitán de la nave Prometheus y sus dos suboficiales-pilotos se sacrifican para que la nave alienígena no salga de la luna. La nave del “ingeniero” se estrella dando vueltas, y la Dra. Shaw y Charlize Theron son tan tontas que, en vez de correr a los lados para que la nave no las aplaste, corren en la dirección en la que va cayendo la nave.

La historia de la película, en definitiva es un disparate. A eso tampoco ayuda la dejadez de funciones del/de la script de la película, que parece que hubiera sudado de hacer su trabajo. Un script lo primero que tiene que hacer es leerse el guión de la película, varias veces, cuantas más mejor. No sólo para el desglose de escenas, eso por supuesto, sino para encontrar incoherencias y contradicciones que pudieran haber en el guión. Y en el rodaje, por supuesto, tiene que estar atento al racord. En “Prometheus” no parece que el/la script estuvira por la labor.


Al principio de la película vemos a la nave Prometheus viajando por el espacio... ¡Y escuchamos la propulsión de los motores! No podemos escuchar la propulsión de los motores porque el sonido no se propaga por el espacio. Vale, sí, en las películas de Star Wars se oyen los dispares y explosiones en el espacio, pero en “Star Wars” está justificado porque “Star Wars” no es sólo ciencia-ficción, es fantasía, no sucede en nuestro mundo, ni siquiera en nuestra galaxia, es como “El señor de los anillos” en el espacio, y el sonido en el espacio sirve como elemento de espectacularidad. Pero en “Prometheus” no hay batallas espaciales que justifiquen que haya sonido en el espacio como elemento de espectacularidad, y la película está ambientada en nuestro siglo. En “Prometheus” no hay suficientes elementos de ciencia-ficción o de fantasía que justifique el que se oiga el sonido en el espacio. Cuando un script lee un guión debe estar atento a estas cosas, y el/la script de “Prometheus” no lo estuvo.

No queda claro que moneda se usa en la Tierra. Los suboficiales pilotos de la nave hablan de apostar créditos, mientras que Charlize Theron menciona que se ha financiado la expedición con dólares. ¿Qué moneda se usa? ¿Créditos o dólares?

Los gráficos de pulsaciones del corazón son iguales en todos los tripulantes y mantienen constantemente el mismo ritmo. Eso no puede ser. Todas las personas tenemos ritmos cardíacos diferentes, y nunca mantenemos el mismo ritmo permanentemente.

En la cueva de la instalación alienígena se ve una silla plegada en una pared al fondo.

Cuando llegan a la puerta dónde encuentran el cadáver del “ingeniero” David se sube a una escalera para apretar los botones que abren la puerta. ¿De dónde han saco la escalera si antes no la llevaban? Cuando sale esto en un guión el script lo debe remarcar porque la escalera debe tener justificación, debe de salir de algún sitio, y en la película no se ve.


Después de quitarse los cascos los miembros de la expedición siguen inspeccionando la instalación, pero no llevan los cascos en ningún lado, ni se los vuelven a poner ni los cogen con la mano, van sin cascos a la vista. Y cuando se van de la instalación para volver a la nave ya tienen los cascos puestos. ¿Dónde tenían los cascos? ¿Se los dejaron en el sitio en el que se los quitaron? ¿Porqué? ¿Tuvieron que volver a recogerlo? Un script debería estar atento cuando en el guión aparece estás incoherencias de información.

¿Cómo es posible que en la sala dónde se hayan las vasijas haya un mural de la Reina Alien si aún no se ha originado la especie de Alien?

En el holograma que ven los miembros de la expedición se ve a tres de los “ingenieros”, uno de ellos es decapitado por la puerta después de que los otros dos entraran en la sala. ¿Entonces porque cuando los miembros de la expedición entran en la sala no encuentran los cuerpos de los otros dos “ingenieros”?

La Dra. Shaw, cuando lleva puesto el traje de astronauta, hay escenas en las que en un plano lleva puestos los guantes del traje, y en el plano siguiente no los lleva puestos, y en plano siguientes vuelve a llevar puestos los guantes. De hecho hay una escena en la que está en el exterior y no lleva guantes, algo que no puede ser no sólo porque antes sí los llevaba puestos sino porque al no llevarlos puestos se le tendría que escapar el oxígeno que suministra el traje.

Al final de la película, cuando la Dra. Shaw baja el cuerpo de David, vemos como se le mueve el cabello por el viento... ¡A pesar de que lleva puesto el casco! ¿Cómo se le puede mover el pelo por el viento si lleva puesto el casco?

En la última escena, en la que nace el Alien, vemos como en los primeros planos el calamar gigante alienígena está encima de las patas del “ingeniero”, y en los planos posteriores ya no se ve al calamar gigantes alienígena.

En resumidas cuentas. “Prometheus” prometía más de lo que finalmente dio, y sus aspectos positivos no compensan una composición musical en mayor parte desacertada, un disparate de guión, y unos fallos de coherencia y continuidad que deja asombrado y no para bien.

Lo mejor: Noomi Rapace

Lo peor: El guión

Mi calificación:

CRÍTICA ¡BUEN VIAJE, EXCELENCIA! (2003), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: Durante sus dos últimos años de vida, un Franco decadente y delirante mantiene en vilo a su mujer, a su familia y a todo su séquito.

Un joglar era un intérprete musical de las obras épicas de los siglos XII y XIII. Es de suponer que Albert Boadella, el director de “¡Buen viaje, excelencia!”, se cree un intérprete de obras, puesto que bautizó con el nombre “El Joglars” a su compañía de teatro, del mismo modo que Calígula nombró ministro a su caballo. Pero que uno crea que es algo no significa que se sea ese algo. Boadella se compara con un joglar, pero hay una diferencia entre un joglar y Boadella, y es que los joglars eran artistas con arte, y Boadella es un payaso sin gracia.

“¡Buen viaje, excelencia!” resulta una obra fílmica pobremente realizada, que podría haber llegado a ser una sátira inteligente si esa misma cualidad, la inteligencia, la hubiese tenido quien estuvo detrás de la cámara y cuyo nombre aparece constatado en el registro de propiedad intelectual como autor de lo que se podría llamar generosamente como “guión”.

La película es vulgar en su contenido e incoherente en su forma, una propuesta más infumable que una adaptación cinematográfica del listín telefónico o de “Crepúsculo”.


Albert Boadella, que padece de demencia senil no diagnosticada, pretendía con esta... digamos... basura hacer como una especie de “El gran dictador”, y seguramente se cree que realmente hizo eso, seguramente se cree un Chaplin español. Nada más lejos de la realidad, bueno, quizá la mente de éste deficiente mental si está todavía más lejos de la realidad. En “El gran dictador” Chaplin se reía de Hitler y del régimen nazi, no de los judíos. En “¡Buen viaje, excelencia!” Albert Boadella, el muy canalla, se descojona del asesinato de Salvador Puig Antich por garrote vil, del fusilamiento de cinco prisioneros, del incremento de represión a raíz del atentado contra Carrero Blanco... y a Franco lo dibuja como un abuelete encantador de residencia que deliraba y que sólo era un poco autoritario, y que el final de la dictadura fue una fiesta en vez de un imperio del terror. ¿Se puede ser más miserable y desgraciado?

La forma no es mucho mejor que el contenido, debido a que Boadella no tiene ni puta idea de cine. Es lamentable que le dieran tres millones de euros a éste sujeto para hacer esta película, es lamentable que le den nada a éste señor para hacer lo que sea en general. Esos tres millones de euros se hubieran aprovechando mejor prendiéndoles fuego.

El diseño visual es absurdo, incomprensible, ilógico. El ritmo brilla por su absoluta ausencia. La película dura ochenta minutos y se hace larga como si durara cuatro horas. El maquillaje es penoso, espantoso y ridículo. Y la dirección.. bueno, un idiota que ha cogido un cámara a ha hecho un bodrio.

Si se hubiese dejado sólo los títulos de crédito y quitado todo lo demás, la “película” hubiera ganado muchísimo e, incluso, hubiese llegado a ser decente.

Mi calificación es:

CRÍTICA TROYA (2004), POR ALBERT GRAELLS

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Para hablar de esta película, “Troya” (más concretamente de la versión extendida, que es la versión de la que hago esta crítica), hay que ponerse en antecedentes, y hablar de la obra que adapta principalmente, la “Ilíada”. La “Ilíada” es una poema cuya autoría se atribuye a Homero, y que lo compuso en la segunda mitad del siglo VIII antes de Cristo, es decir, es un poema que tiene 2800 años de antigüedad, aproximadamente. Es un poema largo, tiene veinticuatro cantos con un total de dieciséis mil versos, y explica varios sucesos de la guerra de Troya, sucedida en el siglo XII o XIII antes de Cristo en la fortificación de Ilión, que es el nombre de Troya en griego antiguo y de ahí el título del poema, “Ilíada”. Al contrario de lo que se suele pensar la “Ilíada” no narra toda la historia de la guerra de Troya, desde que Paris se lleva a Helena a Troya hasta que la ciudad cae y es tomada por los griegos. En realidad el poema sólo narra los sucesos que ocurren en 51 días en el último año del conflicto. Por lo tanto “Troya” no sólo adapta la “Ilíada”, sino las demás epopeyas griegas que complementan la historia.

Entonces ¿Cómo adapta “Troya” toda la historia de la susodicha guerra, pero concretamente la “Ilíada”? El guión adaptado de la película tiene muchos puntos de interés. El guión lo escribió David Benioff, que es guionista de la serie “Juego de tronos”, y que escribió los guiones de “Cometas en el cielo” y “X-Men orígenes: Lobezno”. Pero antes de escribir el guión de “Troya” la única experiencia de Benioff fue adaptar una novela que él mismo escribió en el guión de una película que dirigió Spike Lee, “La última noche” (“25th hour” en su título original).

La adaptación que Benioff hizo concretamente de la “Ilíada” es destacable en varios aspectos. Hay diferencias, como en toda adaptación, que no molestan. Por ejemplo en la película hay momentos que en la “Ilíada” suceden más adelante o que sucedieron antes, o en la película mueren personajes mientras que en la “Ilíada” esos mismos personajes no mueren, etc. Hay un punto de controversia en cuanto a la adaptación, y es que mientras en la “Ilíada” hay dos planos paralelos, el de los humanos y el de los dioses, que se van relacionando e interactuando puntualmente, no es así en la película, dónde los dioses únicamente son mencionados y mostrados en estatuas. En la película la trama de los dioses desaparece. Hay quien pueda indignarse con eso y considerar la película una mala adaptación, pero en los títulos de crédito la película advierte que se inspira, y no se basa, en la “Ilíada”. Inspirarte en una obra te da más libertad para adaptarla de forma más distinta que no si te basas en dicha obra, así que a ese respecto la película no engaña a nadie, adapta la “Ilíada” inspirándose en ella y no basándose en ella.


En el guión Benioff recoge un elemento muy importante de la “Ilíada”, que es el honor, la importancia del honor en la sociedad griega, y el código de honor del guerrero. Pero lo recoge de una manera ambigua, porque hay momentos en que Benioff muestra bien el elemento del honor, y hay otros momentos en que no los muestra y debería mostrarlo o lo muestra mal.

El comienzo de la película es genial, es brillante, es muy bueno, porque es uno de los momentos en que Benioff, en su guión, muestra, y lo muestra bien, el aspecto del honor que es tan importante en la “Ilíada”. La película empieza con un perro caminando y olisqueando en una zona desértica, el perro va caminando y olisqueando mientras la cámara le sigue, y vemos que el perro se encuentra con un yelmo ensangrentado. El perro sigue caminando y se va encontrando con un escudo ensangrentado, con el cuerpo de un caballo herido de muerte por flechas, y al final encuentra el cadáver de su amo, un soldado muerto que tiene el pecho abierto con la herida abierta hacia afuera, de manera que se da a entender que murió porque le atravesaron con una espada por detrás, por la espalda.

¿Porqué es tan bueno éste principio? Porque muestra el elemento más importante de la “Ilíada”, el honor. Hay que fijarse bien lo que se ve en esta primera escena. Primero un yelmo, luego un escudo, luego un caballo, y por último el cadáver de un soldado sin yelmo, escudo ni caballo. Es decir, que el yelmo, el escudo y el caballo son (eran, más bien) del soldado muerto. Mediante lo que vemos podemos reconstruir lo que pasó. El día antes hubo una batalla (eso lo dice un personaje en la escena siguiente), y ese soldado huyó montado en su caballo, se quitó el yelmo y tiró el escudo para que el caballo fuera más deprisa, pero esté fue abatido por unos arqueros que le lanzaron flechas, el soldado cayó al suelo, se levantó, corrió mientras le perseguían los soldados enemigos, y por lo menos uno de ellos le alcanzó y lo mató clavándole la espada por la espalda. Es decir, ese soldado murió mientras huía de la batalla, y eso, en la sociedad griega, era una gran vergüenza, era incumplir el código de honor del guerrero. El soldado que moría de ese modo, mientras huía, moría con deshonor, y su cadáver no se recogía ni se le proporcionaba los ritos funerarios, se dejaba dónde estaba para que sirviera de comida a los carroñeros. Por eso en esta primera escena no se ve ningún otro cadáver, porque los demás cadáveres fueron recogidos, sólo dejaron el cadáver del soldado que murió sin honor.


Otro detalle que tiene el inicio de la película, y que es muy ingenioso, es el perro que reconoce a su amo, que es el soldado muerto. Esto es un guiño a la “Odisea”, pues en ese poema hay una parte en que Ulises, después de la guerra de Troya, vuelve a casa haciéndose pasar por un vagabundo, y nadie le reconoce, salvo su perro, que en el momento de reconocerle se muere de viejo. Es un easter-egg muy bien pensado.

Sin embargo luego hay un momento de la película en que la cuestión del honor no se menciona, cuando debería. Es cuando los príncipes Hector y Paris de Troya van a Esparta a pactar con Menelao, rey de Esparta, la paz de Troya con Esparta. Después de pactar esa paz, Paris se folla a la mujer de Menelao, Helena, y se la lleva con él a Troya. Entonces Menelao entra en cólera y le declara la guerra a Troya y tal y cual. Todo eso esta muy bien, que Esparta entrara en guerra con Troya porque Paris se llevara a la mujer de Menelao, fue un buen motivo para la guerra, pero no fue el principal motivo, o al menos el motivo no fue exclusivamente por eso. El motivo no fue tanto por el amor de Helena sino por el honor.

En la sociedad griega el honor era muy importante, sobretodo con lo que respectaba a la hospitalidad. Cuando un griego ofrecía su hospitalidad a una persona, para ese griego esa persona a la que ofrecía su hospitalidad, ese huésped, era sagrado. Para un griego su huésped era Dios en la Tierra y le trataba como tal. Si alguien perseguía a su huésped hasta su casa, ese griego defendía a su huésped a muerte, daba igual que le ofrecieran todo el oro del mundo a cambio de entregar a su huésped, ese griego anteponía su huésped a todo lo demás, daba su vida por él si era necesario, era una cuestión de honor. Por eso, cuando un huésped rompía esa confianza, ese huésped le echaba a su anfitrión la mayor de las ofensas, no había ofensa mayor en la sociedad de la antigua Grecia, para ese anfitrión era un gran insulto. Por eso, en la “Ilíada”, la ofensa a Menelao no es tanto por el hecho en sí de que Paris se llevara a Helena a Troya, sino porque rompió la confianza entre anfitrión y huésped, con el agravante de que Hector y Paris habían venido a Esparta a pactar la paz.


Sin embargo Benioff no adapta en el guión éste aspecto sobre el honor que estaba tan arraigado en la sociedad de la antigua Grecia, a pesar de la importancia que ese mismo aspecto tiene en la “Ilíada”. A diferencia del poema de Homero, dónde es más importante el honor que el amor, en la adaptación que hace Benioff en su conjunto el honor es sobrevalorado, mientras que el amor resulta más importante. Hay una conversación que Hector tiene con su hermano, que le dice que no hay honor en matar por tu país ni gloria en morir por él, algo que contradice mucho la tesis de la “Ilíada”.

Hay otro momento de la película, que es cuando los mirmidones llegan a la playa de Troya, toman la playa y saquean el templo de Apolo, y Aquiles se queda con la sacerdotisa Criseida como parte del botín, pero Agamenón se la quita y se la queda para él. En la “Ilíada” Aquiles se niega a luchar y ordena a los mirmidones que tampoco luchen porque el hecho de que a un guerrero le quiten la parte del botín que le corresponde por derecho de conquista es una gran ofensa, es una gran falta de respeto. En la “Ilíada” Aquiles se niega a luchar por eso, sin embargo en la adaptación de Benioff eso no es así, en la película Aquiles no se pelea con Agamenón por haber faltado al honor sino por quitarle una chica que le gusta, y eso es algo que no se ajusta a la sociedad de la antigua Grecia. En la sociedad de la antigua Grecia la mujer no era considerada igual a los hombres, y de hecho en una guerra, a diferencia de los hombre, las mujeres podían ser tomadas como botín de guerra, como meros objetos, como pago de honor. Como ejemplo, en la antigua Grecia el término multitud en griego clásico (que ahora no sé como se traduce al alfabeto románico) hacía referencia sólo a una multitud sólo de hombre, no de hombres y de mujeres, personas en general. Para referirse a una multitud de hombres y mujeres, de personas en general, en la antigua Grecia se debía usar el término multitud y el término mujeres, que traducido al alfabeto románico en griego clásico sería yuvalcós.

Más adelante Hector mata a Patroclo al confundirlo con Aquiles, puesto que Patroclo se había ataviado con la armadura de Aquiles, su yelmo, su escudo, etc. Patroclo se hace pasar por Aquiles porque éste se negaba a luchar y no permitía a los mirmidones luchas, y eso incluía a Patroclo, que quería luchar. Entonces Aquiles mata a Hector por venganza, eso es igual tanto en la “Ilíada” como en la película, pero hay una diferencia, que es el motivo de la venganza. Mientras que en la adaptación de Benioff Aquiles mata a Hector como venganza por haber matado a un ser querido (en la película Patroclo es el primo de Aquiles), en la “Ilíada” Aquiles no se venga de la muerte de Patroclo, no se venga de la muerte de un ser querido, se venga de una ofensa a su honor por algo que sucede en la “Ilíada” y que Benioff no recoge en su adaptación, y es que, después de descubrir que no ha matado a Aquiles sino a Patroclo, Hector le quita a Patroclo la armadura de Aquiles, el yelmo y el escudo y todo, y se lo lleva como trofeo a Troya. Esa es la diferencia de esta venganza, que en la película es por amor mientras que en la “Ilíada” es por honor.


Porque además en la “Ilíada”, cuando Aquiles va a luchar contra Hector, ve que Hector se presenta ataviado con su armadura, la de Aquiles, su yelmo y su escudo. Entonces Aquiles se ve luchando contra sí mismo, una extrapolación de los sentimientos de Aquiles, pues se siente culpable de la muerte de Patroclo, cree y siente que la muerte de Patroclo en realidad ha sido culpa suya, por su negativa a luchar, por anteponer su orgullo, su honor. Así que en realidad no quiere matar a Hector sino que quiere matarse a sí mismo por lo que él mismo ha hecho, por su culpa. Y eso que resulta tan épico Benioff no lo aprovecha para su adaptación, pero lo menciona. Los primeros siete versos de la “Ilíada” dicen así: Canta el rencor, diosa, de Aquiles, el hijo de Peleo, rencor funesto, que a los griegos provocó dolores sin fin, y a Hadés envió el aliento vigoroso de numerosos héroes, y a ellos mismos los hizo presa de los perros y todos los pájaros -¡y de Zeus se cumplió el designio!-, desde el momento que se enemistaron el Atrida (Atrida es el término con el que se refiere a un hijo del rey Atreo de Micenas, en éste caso Agamenón), señor de guerreros, y el portentoso Aquiles. Eso viene a decir que el orgullo de Aquiles, en defensa de su honor, ocasiones muertes que podría evitar. Eso se menciona varias veces en la película, pero hubiese tenido más sentido si Benioff hubiese adaptado el que Hector le quitara la armedura a Patroclo y luego luchara con ella contra Aquiles.

Resulta de agradecer que Benioff adapte la importancia del honor en la sociedad Griega que queda patente en la “Ilíada”, pero se queda a medio camino. Hay momentos que tienen que ver con el honor que están muy bien, como el principio, o cuando Príamo, rey de Troya, ve que los soldados griegas queman y destrozan las estatuas de los dioses y les dice que no tienen honor y precisamente en ese momento Agamenón le atraviesa con una lanza por la espalda. Momentos como éste están muy bien, recogen muy bien la cuestión del honor, pero hay otros momentos en que Benioff hace prevalecer el amor sobre el honor, y es una lástima, porque no aprovecha lo que debería el aspecto más importante de la obra de Homero.

El tema de la épica está mejor conseguido. Resulta muy acertado cómo Benioff consiguió resumir en un guión de 200 páginas un poema tan largo y que explica una historia tan grandiosa. Y Benioff consigue transmitir eso en el guión, la grandiosidad de la historia de la “Ilíada”. En la película la historia está muy bien narrada y estructurada, y llega a resultar muy épica.


En cuanto a los personajes resulta muy interesante como los dibuja Benioff, y como los va desarrollando a los largo del relato. Aquiles dice una frase en la película que le define muy: “¿Qué es lo que desean los hombres? Yo lo deseo más”. Aquiles busca la inmortalidad haciendo que su nombre sea recordado, y actúa en base a eso. Parece que deja de importarle cuando se enamora de Criseida, pero no tarda en volver a hacer aquello para lo que vive, la guerra.

Criseida es una sacerdotisa que sirve a los dioses y que sólo quiere paz, vivir ella en paz y que los demás vivan en paz, y si para conseguirlo tiene que sacrificarse no duda en hacerlo, pero cuando Aquiles mata a su primo se da cuenta de que sus esfuerzos son en vano y termina por matar a Agamenón.

Agamenón es uno de los pocos personajes de la película que no termina de estar bien desarrollado. En la película su objetivo es quedarse con Troya para controlar el Egeo, pero no se explica porqué, qué le motivo a querer eso. Históricamente la guerra se debió a que, por su posición geoestratégica, Troya monopolizaba el comercio naval en el Egeo. Hubiera estado bien que Benioff mencionara eso en el guión, no le costaba nada y enriquecía el personaje de Agamenón.

Hector es un comandante que no lucha por honor ni por gloria, sino para defender a Troya y a los troyanos. En cierto modo también lucha por amor, por amor a su hogar, a su gente, y a su mujer y a su hijo. Hubiera estado mejor que el Hector de la película fuera más como el Hector de la “Ilíada”, pero aún así el personaje está bien construído.

Helena es una mujer que ha vivido toda su vida sin libertad verdadera y sin amor verdadero, y que por fortuna del destino encuentra a su amor verdadero, correspondido encima, y que le ofrece la oportunidad de ser libre de verdad. A la chica le falta también para lanzarse a sus brazos e irse con él.

Paris es un viva la virgen irresponsable y egoísta que, después de descubrir el amor verdadero, poco a poco aprende a ser valiente, solidario y responsable.


Príamo es un devoto de los dioses, cree en ellos fervientemente y no cuestiona su voluntad. Es una buena manera de compensar el que la adaptación se abstenga de narrar la trama de los dioses.

El reparto de la película es espectacular: Brad Pitt, Eric Bana, Diane Kruger, Orlando Bloom, Rose Byrne, Sean Bean, Peter O'Toole, Brian Cox, Brendan Gleeson, Garrett Hedlund, Julian Glover, Julie Christie, James Cosmo... la hostia, cualquiera encuentra una película con siquiera la mitad de un reparto como éste. Todos, en mayor o menor medida lo hacen bien, aunque los mejores, los que hacen una interpretación magnífica, son los más veteranos: O'Toole, Cox, Gleeson, Glover, Christie y Cosmo.

Brad Pitt está genial como Aquiles, fue una elección de casting acertadísima. No sólo que el actor interpreta muy bien con el rostro, también corporalmente, clava al personaje. En esta película Aquiles es poco menos que Levi Ackerman. Lanza una lanza para clavársela a un tío a decenas de metros, es muy rápido, y cómo maneja la espada. Uno ve a Pitt moverse en las escenas de lucha y se queda con la boca abierta. Garret Hedlund tampoco se queda atrás, hace una buena actuación de rostro, y corporalmente también se mueve con muchísima agilidad.

La dirección de Wolfgang Petersen es muy buena. La manera en que resuelve las escenas de lucha y de batalla es increíble, muestra una violencia muy explícita, se ven amputaciones, decapitaciones, ensartaciones, aplastamientos... y de forma muy realista. Y una cantidad de sangre... Petersen no escatima en sangre en las escenas de lucha y batalla. A ver, tampoco se trata de “13 asesinos”, pero a la película poco le faltó. De hecho en la película se ven 572 muertes, todas asesinatos.

Eso está muy bien porque Petersen en ningún caso glorifica la guerra, todo lo contrario, muestra toda esa violencia para mostrar el horror de la guerra, no sólo para los soldados que luchan en ellas, sino para los civiles. La toma de la ciudad de Troya por parte del ejército griego es impresionante a la par que horrible. Se ve como los soldados griegos incendian la ciudad y matan absolutamente a todos y a cualquiera que se encuentren, incluyendo civiles desarmados, a las mujeres las violan, a los ancianos los ahorcan, se ve a un soldado griego quitándole el bebé a una madre y lo tira al fuego de un patada, a los niños los golpean hasta matarlos... una masacre.


Toda esa violencia y maldad en la toma de Troya está muy bien porque Petersen muestra como, a pesar de que en los últimos tres milenios la tecnología militar ha avanzado muchísimo, la crueldad y el horror siguen siendo el mismo. Cuando Estados Unidos invadió Irak también pasó eso, soldados estadounidenses cometieron asesinatos y violaciones contra civiles con total impunidad, y los mismo de los soldados israelíes con los palestinos. Esto que se ve en la película, toda esa violencia y matanza gratuita y sin sentido, no es algo propio de tiempos pasados, eso algo que también ocurre ahora. Ese es un aspecto de la guerra que nada ha cambiado en los últimos tres mil años.

Petersen muestra una planificación visual muy interesante, piensa muy bien los encuadres en los planos fijos, todos los planos están muy bien pensados de encuadre, de profundidad de imagen, y también los movimientos de cámara, algunos de los cuales no sé como los hicieron de lo imposibles que parecen, pero Petersen no mueve la cámara sin motivo, no resulta difícil ver qué quiere expresar Petersen con el trabajo que hace de encuadres, de movimiento de cámara, de profundidad de imagen, etc.

La música de la película, compuesta por James Horner, es muy buena. Cuenta Horner que sólo tuvo dos meses para componer y grabar la música de esta película de 196 minutos (en su versión extendida). Pues no está mal, si su trabajo en “Troya” ya resulta muy acertado pese al poco tiempo que tuvo, de haber tenido más tiempo no imagino qué mejor trabajo podría haber compuesto.

El diseño de producción de “Troya” es impresionante. No sólo los decorados construidos realmente, que eran los más grandes desde el “Cleopatra” de Mankiewicz, sobretodo con lo que respecta a la ciudad de Troya, sino también al vestuario, que de hecho fue nominado al Oscar, y el look que lucen los personajes, sobretodo de peluquería.

Los efectos especiales son impecables, están muy bien integrados. No sólo la recreación digital de la ciudad de Troya y el duplicamiento de las naves del ejército griego, sino también las decenas de miles de soldados recreados digitalmente y que hace que las escenas de batalla, sobretodo en los planos generales, luzcan mucho más espectacular. Es impresionante ver el plano dónde se ven los mil barcos del ejército griego llenando el paisaje del mar hasta dónde se pierde el horizonte, o la marabunta de soldados griegos que avanzan desde la playa a las murallas de Troya.

En conclusión. Troya es una mejorable pero digna adaptación del relato de la guerra de Troya en general y de la “Ilíada” en particular, un película épica y espectacular, con una impresionante recreación, y contando con grandiosidad una gran historia.

Mi calificación es:

CRÍTICA FINAL FANTASY, LA FUERZA INTERIOR (2001), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: Año 2065. La tierra ha sido devastada por una invasión alienígena. La Dra. Aki Ross confía en descubrir pronto el misterio que envuelve a los alienígenas y salvar a la raza humana.

No he jugado una sola vez a ningún videojuego de Final Fantasy, así que la película “Final Fantasy, la fuerza interior” la juzgaré sólo como película en sí y no además como adaptación de un videojuego.

“Final Fantasy, la fuerza interior” resulta una película en suma interesante. Considerada como una película de “animación digital”, aunque esa no fuese la intención de quienes la realizaron, resulta muy contrapuesta a las cintas de animación digital que se hicieron hasta el día de su estreno: “Bichos”, “Dinosaurios”, “Monstruos S.A.”, “Shrek”, “Toy Story” y poco más. Es decir, las películas de animación digital que se habían estrenado hasta ese momento eran películas infantiles, estaban destinadas a un público infantil. La animación digital se usaba para contar historias infantiles, poco adultas. No es el caso de “Final Fantasy, la fuerza interior”, que cuenta una historia adulta, con tramas demasiado complejas para que las entienda un niño, y que está protagonizada por personajes adultos, y no por juguetes o animales.

Tiene más mérito teniendo en cuenta que la producción de “Final Fantasy, la fuerza interior” empezó en 1997, cuando el único largometraje de animación digital que se había estrenado hasta ese momento era “Toy Story”. Una película de ciencia-ficción para adultos hecha con una técnica usada sólo para producciones infantiles y que además era novedosa. Fue una apuesta muy arriesgada.

Resulta más arriesgado teniendo en cuenta que los máximos responsables de “Final Fantasy, la fuerza interior” no pretendían hacer una película de animación digital propiamente dicho sino una película hecha digitalmente por entero de la forma más realista posible, una especie de realidad digital, con “actores” digitales.


En éste sentido la propuesta era ambiciosa. No era la primera vez que para una película se recreaban “actores” digitalmente, pero esa recreación se usaba en planos generales para recrear grandes multitudes para no tener que contratar a miles o decenas de miles de actores para numerosas sesiones de rodaje, o para sustituir a actores reales en escenas demasiado arriesgadas para que las pudieran hacer actores reales o incluso dobles de acción. Películas como “Titanic” o “Gladiator” son buenos ejemplos. El hecho de que dichas recreaciones se viesen empequeñecidas por la lejanía dentro del cuadro hacía que no se apreciase su textura digitalizada, y que el espectador no lo diferenciara de lo que dentro del cuadro sí era real. Pero claro, en “Final Fantasy, la fuerza interior” se pretendía recrear digitalmente a todos los “actores”, incluyendo secundarios y protagonistas, recrear “actores” digitalmente que fuesen lo más realistas posible.

¿Cómo luce el resultado? Bueno, hicieron lo que buenamente pudieron y el resultado no es malo, todo lo contrario, teniendo en cuenta que la película se hizo entre 1997 y 2001 resulta impresionante. Se quedaron en animación digital, pero una animación digital muy realista. La animación digital de “Final Fantasy, la fuerza interior” es asombrosa, incluso quince años después. El nivel de realismo de las recreaciones digitales de los “actores” es espectacular. En los planos cerrado se puede distinguir las arrugas, los poros de la piel, los pelos de la barba o el bigote, los pelos del cabello... y todo con un detallismo impresionante. Curiosamente cuanto más cerrado es el plano más realista parece la imagen digital.

No sólo el aspecto corporal está conseguido de forma muy realista, también la ropa de los personajes, los pliegues que se forman, el movimiento de la ropa, la textura del tejido... y la luz, está muy bien trabajado el efecto de la luz en los personajes y en los objetos, luce muy realista.

Aunque la animación digital, o recreación digital de los “actores”, está asombrosamente conseguida, se puede percibir una leve falta de naturalidad en el movimiento corporal de algunos personajes en ciertos momentos, no muchos momentos, también hay que decirlo. En todo el conjunto de la película son pocos los momentos en que se percibe esa leve falta de naturalidad en el movimiento corporal de algunos personajes.


Hay otro aspecto de la recreación digital de los “actores” que también hay que destacar, y es las “interpretaciones”, por llamarlo de alguna manera, si asumimos que unos efectos digitales que recrean un rostro humano y sus expresiones faciales mostrando reacciones emocionales se les puede llamar “interpretación”, pero a falta de otra terminología llamémosle “interpretación”. En la mayoría de las escenas las “interpretaciones” de los “actores” recreados digitalmente están bien conseguidas, tampoco se pueden igualar con las interpretaciones de los actores reales (bueno, dependiendo de qué actores), pero se percibe una reacción emocional a través de las expresiones faciales muy bien conseguidas... en la mayoría de los momentos de la película, no en todos. Las “interpretaciones” están bien conseguidos cuando los personajes muestran preocupación, sorpresa, enfado, ira, odio, rencor o incluso alegría, pero no cuando los personajes muestran tristeza y a veces incluso lloran. En esos momentos las “interpretaciones” son poco creíbles, poco naturales, poco realistas, no están bien conseguidas.

El guión resulta interesante también, pero no termina de estar bien. Hay aspectos del guión que están muy bien, y otros que fallan mucho. La historia de “Final Fantasy, la fuerza interior” llama mucho la atención, la idea de que la Tierra tiene espíritu y que a su vez ese espíritu dota de espíritu a todos los seres vivos que pueblan la Tierra. Ese espíritu en la película es llamado GEA, es como una deidad que la protagonista, la Dra. Ross, pretende usar para aplacar a los alienígenas, que en realidad son espectros. Resulta muy interesante como la película, pese a no mostrar en ningún momento signos religiosos ni personajes religiosos ni acciones religiosas, nos cuela con su historia una síntesis religiosa como base de una trama de investigación científica, y lo hace con apreciable sutileza.

A pesar de que los personajes son arquetípicos, están bien dibujados, resulta visible qué es lo que les motiva a hacer lo que hacen, y las relaciones entre ellos están bien ideadas. La Dra. Aki Ross y el Capitán Gray Edwards, por ejemplo, se ve que anteriormente tuvieron una relación amorosa y que terminaron por romper, pero no se enseña, no vemos ningún flashback que lo explica, simplemente lo deducimos por la actitud que tienen entre ellos dos, lo que se dicen.


Sin embargo hay muchos diálogos en la película que resultan muy poco trabajados y, a veces, incluso pobres, irrelevantes, ilógicos y absurdos. Y lo peor de todo, los obstáculos. En toda buena historia hay obstáculos que le dificultan al protagonista el alcanzar su objetivo, también en esta película, pero en “Final Fantasy, la fuerza interior” los obstáculos son muy forzados, hay muchos obstáculos constantes, uno detrás de otro, sin razón aparente, metidos con calzador, y se nota bastante.

La música os lo mejor de la película, por detrás de la animación. La música compuesta para la película es muy acertada. No debería sorprender siendo Elliot Goldenthal el compositor musical de la película. Goldentahl ha compuesto la música de “Entrevista con el vampiro”, “Heat”, “Titus”, “Frida” (por la que ganó el Oscar) y “Across the universe”. La música que Goldenthal compuso para “Final Fantasy, la fuerza interior”, pese a no ser su mejor trabajo, resulta una composición tan recordable como la animación de la película.

“Final Fantasy, la fuerza interior” termina por ser un interesante y estimulante trabajo de animación digital, y una recordable y estimable cinta de ciencia-ficción afectada negativamente de forma destacable por un guión necesitado de revisiones y unas reminiscencias a “Aliens, el regreso” que sobran y no aportan nada que pudiese mejorar el curioso resultado final.

Mi califiación es:

CRÍTICA FINAL FANTASY VII: ADVENT CHILDREN (2005), POR ALBERT GRAELLS

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“Final Fantasy VII: Advent Children” resulta una película muy confusa. Su mayor problema, bueno, se segundo mayor problema es que es una película hecha exclusivamente para fans del videojuego en el que se basa, de hecho ni siquiera adapta propiamente un videojuego, sino que es la secuela de un videojuego. Eso es un gran problema para la película, que está hecha para un target muy específico cuando ese no es el único publico que verá la película. Los fans del videojuego entenderán la película, pero los que no han jugado al videojuego ni saben de qué va ven la película y no se enteran de nada. ¿Qué trabajo costaba hacer una película no sólo para los fans del videojuego sino también para los que no han jugado al videojuego ni saben de qué va? La adaptación de “Sillent Hill”, por ejemplo, está muy bien, porque está pensada no sólo para los fans del videojuego sino también para los que no han jugado él. No es el caso de “Final Fantasy VII: Advent Children” que, más que una película, parece la cinemática de un videojuego.

La película confunde mucho al público al que no va dirigido pero al que también tendría que ir dirigido, los que no han jugado al videojuego ni saben nada del mismo, que fácilmente pueden pensar por el título que esta película es una secuela o una continuación de “Final Fantasy, la fuerza interior”, y ven la película y no sólo no se enteran de qué va sino que además ven que no tiene nada que ver con “Final Fantasy, la fuerza interior”. La película hubiese mejorado considerablemente si fuese más explicativa, pero es muy poco explicativa. No se presenta a los personajes, se da por sentado muy equivocadamente que todo espectador ya conoce a los personajes, personajes por cierto a cada cual más raro.

Si querían hacer un producto para lo fans del videojuego tendrían que haber hecho otro videojuego, porque sería un producto que sólo consumirían los que juegan al videojuego, no una película que la vería más gente a parte de los jugadores del videojuego, gente que tiene el mismo derecho a entender la película sin necesidad de jugar al videojuego.


Por poner un ejemplo. Hace quince años se estrenó “El señor de los anillos: La comunidad del anillo”, la primera parte de la trilogía que adaptaba la homónimo obra de Tolkien. “El señor de los anillos: La comunidad del anillo” es una película que pudieron ver perfectamente tanto los que leyeron la obra de Tolkien como los que no la leyeron, porque esa película presentaba el mundo en el que sucedía la historia, presentaba el contexto de la historia, presentaba a los personajes de la historia. El espectador que no había leído la obra de Tolkien entendía la película, y el espectador que sí había leído la obra de Tolkien no le molestaba ver lo que ya conocía. Ahora imaginemos que sólo hubiesen adaptado la segunda mitad de “El señor de los anillos” y en una sola película, que hubiesen hecho una sola película de “El señor de los anillos” pero que, en vez de adaptar toda la historia o la primera mitad de la historia, adaptara sólo la segunda mitad, que la película empezara directamente en la mitad de “Las dos torres”. Claro, los que sí se hubiesen leído la obra de Tolkien se enterarían de todo, sabrían cómo es el mundo en el que se ambienta la historia, quienes son los personajes, etc. Pero el espectador que no hubiese leído la obra de Tolkien no se enteraría de nada, por muy bien que estuviese hecha la película el espectador que no hubiese leído la obra de Tolkien no entendería lo que viese. Eso es lo que sucede con “Final Fantasy VII: Advent Children”.

A parte de la cuestión de la adaptación en sí, el guión por sí mismo, como guión, es bastante mierdoso. Unos diálogos bochornosos, de vergüenza ajena. La historia es muy pobre, no hay argumento sólido ni buenas tramas, sólo excusas para que los personajes salgan en pantalla y actúen sin sentido alguno. Los personajes actúan de forma ilógica y motivados por objetivos absurdos. No es entendible ni creíble el estado emocional de los personajes.


La película, además, tiene un ritmo muy lento. Apenas dura hora y media y se hace larga como tres horas, se eterniza. Ver la película se hace muy pesado. Y está muy mal realizada en cuanto a planificación visual. La resolución visual de las escenas de acción es tan demencialmente frenética que termina por ser muy rallanate.

La animación no está nada mal, de hecho está bien trabajada. No se puede comparar con el hiperrealismo de “Final Fantasy, la fuerza interior”, pero teniendo en cuenta que el presupuesto de “Final Fantasy VII: Advent Children” es diez veces menor que el de “Final Fantasy, la fuerza interior”, hay que reconocer que la animación está bastante bien. También hay que considerar que la intención de la animación es que tenga un aspecto más anime que no realista, pero aún así el aspecto facial y corporal de los personajes, así como los objetos y los escenarios, no se aleja en exceso de ser realista, dentro del aspecto anime de la animación digital.

La música está bien, resulta anímica, hay buenos temas que consiguen dotar a muchas escenas del dinamismo que les quita la penosa planificación visual.

A “Final Fantasy VII: Advent Children” le doy media estrella por la animación, por la música y porque no puedo poner una puntuación menor.

Mi calificación es:

CRÍTICA KINGSGLAIVE: FINAL FANTASY XV (2016), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: Nyx Ulric, miembro del grupo de soldados de élite Kingsglaive, sirve a su Rey Regis durante la ausencia del príncipe Noctis, cuando las fuerzas del beligerante imperio Niflheim atacan la ciudad de Insomnia buscando controlar el Cristal del reino de Lucis.

Resulta imposible no comparar “Kingsglaive: Final Fantasy XV” con “Final Fantasy, la fuerza interior” y “Final Fantasy VII: Advent Children”, y compararla en varios aspectos relevantes.

Ignoro cual es el presupuesto de la película, pero si me dijesen que es superior al de “Final Fantasy, la fuerza interior” no me extrañaría. La animación de “Kingsglaive” es incluso mejor que la animación de “La fuerza interior”, no había visto una animación digital tan próxima a lo real desde el “Beowulf” de Robert Zemeckis. No sólo es una gran mejora el nivel de realismo en la textura que luce la animación, tanto la anatomía de los personajes como su piel, sus pelos, su cabello, la ropa, todos los elementos de atrezo, los decorados, etc. También las “interpretaciones” de los “actores” recreados digitalmente. Las “interpretaciones” lucen mucho más expresivas, más creíbles, más humanas que las que se apreciaban en “La fuerza interior”. Incluso la luz recreada digitalmente y el efecto de la misma en los personajes, los objetos y los decorados está mejor trabajada y conseguido que en “La fuerza interior”.

Otro aspecto destacable es el guión, en cuanto a eso “Kingsglaive” es infinitamente mejor que “Advent Children”, no sólo porque los diálogos son serios y creíbles en vez de bochornosos, ridículos y cursis, sino porque “Kingsglaive” presenta el mundo en el que se ambienta, presenta el contexto y presenta a los personajes. “Advent Children” mostraba a los personajes sin presentarlos, porque ya se presentaban en el videojuego que el espectador no tenía porqué haber jugado. Eso no sucede en “Kingsglaive”, que presenta su historia tanto para los que juegan al videojuego como para los que no. El espectador puede ver la película sin haber jugado previamente a los videojuegos de la saga, no necesita haber jugado a los videojuegos para entender como es el mundo en el que se ambienta la película, su contexto, saber cuales son los personajes. La película ya presenta eso al espectador, algo que se agradece y que hace que el guión de “Kingsglaive” sea más y mejor considerado que el guión de “Advent Children”.


Sin embargo el guión de “Kingsglaive” no es perfecto, tiene importantes defectos. El príncipe Noctis sale un momento de niño en un flashback al principio de la película, y luego es reiteradamente mencionado pero no vuelve a aparecer más en la película. Hubiera enriquecido más la historia de la película que apareciera el príncipe Noctis, que se involucrara en la diferentes tramas. El príncipe Noctis es un personaje que podría haber dado para mucho y podría haber mejorada las distintas tramas, pero lamentablemente no se aprovecha el personaje, queda relegado a unos segundos de aparición cuando perfectamente podría haber sido uno de los mejores personajes de la película.

Ravus Nox Fleuret es otro personaje mal aprovechado, a pesar de ser un personaje con mucho potencial por su historia termina por un motivacionalmente simple, y no está bien porque Ravus podría haber sido muy importante en el último tercio de película y ser un sustituto del Rey Regis en cuanto a apoyo del protagonista. Ravus podría haber sido un Severus Snape pero se ha quedado en un Peter Pettigrew.

El último tercio de la película cae precipitadamente. El guión, con sus defectos, se mantiene bien hasta el minuto 86. A partir del minuto 86 la historia va careciendo de sentido por momentos. Primero los reyes de Lucis, que son unos cretinos inaguantables. Luego que todo se desmadra de manera que parece el apocalipsis porqué sí, sin razón alguna, una destrucción sin límites de forma gratuita. Y luego que la película no es autoconclusiva, la historia se queda sin concluir, y eso es frustrante. La película podría perfectamente haber sido autoconclusiva, no había razón para que no lo fuera.

Sin embargo compensa el hecho de que las tramas están bien estructuradas (hasta el minuto 86), y que los personajes están muy bien dibujados (salvo Ravus), siendo el Rey Regis el más carismático y el que más atención recibe pese a no ser el protagonista. También están bien dibujados los antagonistas que, con sus objetivos, con sus motivaciones, con sus planes aportan inesperados giros en la trama que animan y hacen más intrigante la historia.


Sorprende la dirección de la película teniendo en cuenta que el director de “Kingsglaive” es Takeshi Nozue, codirector de “Advent Children”, que no destaca precisamente por su buena dirección. Nozue mejora considerablemente con respecto a “Advent Children”. En “Kingsglaive” Nozue se muestra visualmente mucho más claro y dinámico, más rítmico, muestra una planificación visual mucho más controlada, no tan frenética. Nozue resuelve muy bien las escenas visualmente, pero no sólo las escenas de acción, sino también los momentos de suspense. Hay un momento en que el Rey Regis y el Emperador Iedolas se reúnen para firmar un tratado de paz. Se respira una tensión en ese momento... y en parte es por como Nozue lo muestra visualmente.

La música compuesta por John R. Graham... no está mal, es acorde con lo que sucede en la película, no desentona, encaja bien. Pero Steve Jablonsky hubiese sido una mejor elección para componer la música de la película, seguramente una música compuesta por Steve Jablonsky hubiese mejorado notablemente el resultado final de la película.

El look de la película es impresionante. El diseño arquitectónico de la ciudad de Insomnia es espectacular, así como los interiores del Palacio del Rey. Insomnia es como hubiese sido Roma actualmente si el imperio romano hubiese seguido existiendo hasta hoy. Hay un centro gubernamental con una arquitectura ostentosa y clásica, y también se pueden ver barrios empresariales con un arquitectura contemporánea, y barrios suburbales con una arquitectura más vecinal. La ciudad de Insomnia tiene un diseño muy currado, muy detallado y bien variado.

Los personajes también muestran un look muy interesante, tanto en el vestuario como en los peinados. Los personajes no sólo tienen cada uno un look individual que les diferencia del resto, sino que les define muy bien, lucen una apariencia que exterioriza el qué son, cómo son y cómo actúan.

“Kingsglaive: Final Fantasy XV” termina por ser una película mucho mejor conseguida que “Final Fantasy VII: Advent Children” y tan disfrutable como “Final Fantasy, la fuerza interior”.

Mi calificación es:

CRÍTICA SNOWDEN (2016), POR ALBERT GRAELLS

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Oliver Stone muestra con “Snowden” estar identificado con el susodicho personaje, y hay motivos para que sea así, pues el Oliver Stone de joven es fácilmente comparable al Edward Snowden también en sus años mozos. Ambos eran de derecha convencidos, patriotas de bandera, que entraron en el ejército para proteger a su país, y que fueron desengañados al ver que aquellos que les mandaban, aquellos a quienes obedecían, no protegían a su país sino todo los contrario. Toda la película resulta una carta de admiración y devoción de Stone a Snowden, pero el final de la película llega a unos extremos de que parece una carta de amor, casi parece que Stone está más enamorado de Snowden que la novia de éste (interpretada en la película por Shailene Woodley, la protagonista de las películas de “Detergente”, y sorprende descubrir que la chica sabe actuar).

La dirección de Stone en “Snowden” resulta tan atractiva como la que mostró en “JFK: caso abierto” (salvando las distancias entre ambas películas), y tiene mucho mérito, porque como poco es complicado hacer más de dos horas de épica conspiracional con monitores de ordenadores, superprocesadores, sistemas informáticos y demás. Michael Mann ya lo intentó en “Blackhat” y a ratos no le salía bien.

Cabe destacar la fotografía de Anthony Dod Mantle (“En el corazón del mar”, “Rush”), cuyo trabajo en “Snowden” hace que la película luzca potente visualmente, en especial la trama que sucede en Hong Kong y todas las escenas de Snowden con su superior Corbin O'Brian.

Son muy disfrutables las estupendas actuaciones de Melissa Leo, Zachary Quinto, Rhys Ifans, Tom Wilkinson, Timothy Olyphant, Shailene Woodley y de un Joseph Gordon-Levitt muy bien caracterizado como Edward Snowden. También sale Nicolas Cage, que hace una buena actuación pero está desaprovechado. Resulta evidente que Stone quería a Cage en la película porque le vio en “Dying of the light” y le encantó su actuación, pero podría haberle sacado más provecho.


Para quien no conozca la historia, Edward Snowden era un administrador de sistemas informáticos que trabajaba para la CIA y la NSA, dónde descubrió que, cubiertos por el gobierno de George W. Bush, los servicios de inteligencia y espionaje estadounidenses recababan datos de usuarios de Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, Skype, YouTube y Apple entre otros. Pinchaban comunicaciones informáticas, no sólo públicas sino también privadas, de millones de personas de todos el mundo, incluyendo ciudadanos estadounidenses, violando la intimidad y el secreto de comunicaciones de dichos ciudadanos ilegalmente y sin consentimiento de los ciudadanos ni del poder legislativo y a veces sin control gubernamental. En 2013 Snowden filtró a periodistas de The Guardian los programas de espionaje informático que usaban la CIA y la NSA, y tuvo que exiliarse a Rusia al ser perseguido por la justicia de su país por desvelar secretos de “seguridad nacional”.

La película arranca con la reunión clandestina que Snowden mantiene con dos periodistas de The Guardian y la documentalista Laura Poitras, que graba el material con el que posteriormente montará el documental “Citizenfour”, en una habitación de un hotel en Hong Kong. A partir del presente de éste inicio la narración de la conspiración se alterna con el pasado del protagonista, cómo entra en los servicios de inteligencia y espionaje de su país, sus trabajos para la CIA y la NSA tanto en Estados Unidos como en otros países, su romance con Lindsay Mills, y el progresivo cambio de conceptos sobre su país. Esto hace que la película sea más dinámica que no si hubiera tenido una narración puramente cronológica, la narración que muestra la película hace que resulte interesante 134 minutos de conspiraciones informáticas.

Al igual que “B” el más reciente trabajo de Oliver Stone es una película oportuna y necesaria por cuan inmediata y próxima a los hechos reales resulta. “Snowden” no sólo termina por ser una propuesta de denuncia política, y un thriller dramático muy bien conseguido, sino que es una película que da mucho miedo precisamente porque la historia que cuenta no es ficción, muestra que se ha hecho realidad la peor pesadilla orwelliana, el “Gran hermano”, ejemplificado en una escena de la película realmente inquietante.


Todo esto no es nuevo. Muchas películas, como la premonitoria “Enemigo público” (Tony Scott, 1998), ya planteaban un supuesto igual o muy parecido. Ese supuesto se ha visto convertido en realidad a raíz de los atentados del 11-S. Los neoconservadores y los neoliberales (que se diferencian de los neoconservadores en nada) consiguieron tomar el timón de la política exterior de los Estados Unidos después del 11-S, que metió el miedo a la gente, y ese miedo fue utilizado como disposición de los estadounidenses a derramar sangre y gastar su dinero en el otro extremo del mundo.

Cuando la derecha de Occidente (sobretodo la de Estados Unidos, dónde no hay una verdadera izquierda) consideró deber patriótico aumentar ilimitadamente cualquier déficit público para financiar dos guerras, el bienestar social fue eliminado por el imperialismo que comporta la doctrina del choque. Hubo un pensamiento único que tomó el 11-S como coartada para imponer un nuevo orden militarista, imperialista y despiadado, pero sobretodo una continuación de las represivas y totalitarias decisiones de la administración Bush, que aprobó normativas organizadas en torno a un departamento de seguridad nacional, que fueron la causa de violaciones de derechos humanos.

La administración Bush era el gran defensor de Estados Unidos contra el imperio del terror de los terroristas, cuando el verdadero imperio del terror era la administración Bush. Quienes osasen criticar la política del gobierno del Bush por la violación de derechos humanos y sus guerras ilegales se declaraban aliado de los terroristas y enemigos de su país, y contra ellos valía todo. Para controlar a los que se atrevían a contradecir o cuestionar las decisiones del gobierno, la administración Bush hizo que la CIA y la NSA, en nombre de la seguridad nacional, espiaran las comunicaciones de todos los ciudadanos que protestaran contra las violaciones de derechos humanos cubiertos por el ejecutivo de Bush, y luego a todos los ciudadanos en general, no sólo del país sino del mundo entero, incluyendo políticos de otros países, con la excusa de buscar terroristas.


La poderosa maquinaria propagandística puesta en marcha después del 11-S llegó a convencer a los estadounidenses que para defenderse del terrorismo habían de condonar violaciones de derechos humanos y hasta renunciar a garantías constitucionales. Una gran parte de los estadounidenses creen aún que el penal de Guantánamo, las detenciones arbitrarias y sin derecho a defensa, el encarcelamiento indefinido y sin proceso legal, juicio ni sentencia, e incluso la aplicación de la tortura han sido necesarias y lo siguen siendo para defender la democracia. Los estadounidenses han llegado a creer que hace falta violar los derechos humanos para defender la democracia cuando es precisamente la violación de los derechos humanos lo que lleva a un país a dejar de ser una democracia, han llegado a creer que hay que combatir al enemigo renunciando precisamente a aquello que temen que el enemigo les arrebate.

Finalmente ha quedado patente que el enemigo que ha acabado con el sistema de libertades y democracia en Estados Unidos no han sido los terroristas de Oriente Medio sino el propio país, renunciando a la libertad y a la privacidad en pos de una seguridad inexistente precisamente por esa renuncia a libertad y a la privacidad. Muchos acusan a Snowden de traidor por lo que hizo, de antipatriota, pero Snowden no sólo es un patriota, sino uno de los últimos patriotas de su país. Snowden descubrió que ser patriota no es defender a tu país incluso de la gente de tu país, sino defender a la gente de tu país incluso de tu propio país. Snowden sacrificó una vida holgada y tranquila para que los ciudadanos de su país descubrieran la verdad de lo que les hacía su país.

Esta película puede presumir de igual valentía, pues no vacila en denunciar las actuaciones ilegítimas e ilegales de los servicios de espionaje de Estados Unidos. Al contrario que en “The fifth estate”, dónde crucificaban al mensajero por denunciar los abusos de los poderes gubernamentales y multinacionalistas, en “Snowden” Oliver Stone defiende al denunciante y pone al descubierto al criminal.

Lo mejor: Las actuaciones de Rhys Ifans y Joseph Gordon-Levitt.

Lo peor: Que sea una historia real.

Mi calificación es:

CRÍTICA LA CHICA DEL TREN (2016), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: Rachel coge cada mañana el mismo tren. Sabe que cada día se para en un semáforo rojo y que desde allí verá los jardines de atrás de una linea de casas. En una de esas casas vive una pareja que Rachel no puede evitar mirar cada vez que para el tren, le parece que tienen una vida perfecta. Hasta que un día ve algo que la deja de piedra. De repente todo cambia. Ahora Rachel tiene la oportunidad de entrar en unas vidas que hasta es momento sólo había observado de lejos.

Para hablar de la película que nos ocupa hay que empezar por la homónima novela que adapta, de reciente publicación, y que fue un gran éxito de ventas. Cuando salió publicada muchos compararon “La chica del tren” con “Gone Girl” cuando son totalmente diferentes. Mientras que “Gone Girl” era una crítica al modo de vida capitalista estadounidense, “La chica del tren” es una alegoría feminazi al desprecio a la entidad masculina. La forma no es mucho mejor que el hitchcockiano contenido, un relato estructurado por los puntos de vista de los personajes con alterada cronología temporal, recurso muy visto literariamente y confusamente usado por la autora de la novela.

La homónima adaptación cinematográfica de la novela termina por resultar decepcionante, y no porque sea una mala adaptación, al contrario, la película es insuficiente precisamente por una adaptación demasiado literal de una novela que no pasa precisamente por ser buena. La película no sólo copia el contenido, la historia, sin cambiar ni una sola coma, copia también la forma, y ahí reside el error del film.

La historia de la novela era potencialmente cinematográfica, no así la estructura con la que estaba escrito el relato. Al hacer una traslación literal de la estructura del relato al medio cinematográfico, la película se ve afectada por un ritmo monótono. Aunque el espectador asocia los tres puntos de vista de la misma historia, la película los narra como si fueran tres historias distintas que se van intercalando. Tate Taylor, que dirigió la excelente “Criadas y señoras”, parece haber dirigido “La chica del tren” desmotivado, sin ilusión, como si lo hiciera muy a su pesar. Taylor ha hecho en la película un copia y pega de la novela, no hace nada para que la película sea ni un poco distinta de la novela ni un poco mejor, ni cuece ni enriquece.


Al ser “La chica del tren” la adaptación de una novela, el atractivo no estaba en la historia, sino en cómo se plasmaba esta audiovisualmente, y aunque en el aspecto técnico se ha hecho bien, no es así en el guión. Primero no se entiende que en la película la historia la ambienten en Nueva York cuando la novela está ambientada en Inglaterra. ¿Porqué el cambio de escenario? Cuando en Hollywood hicieron su adaptación de “Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres” mantuvieron el escenario en el que se situaba la historia de la novela, Suecia, no la trasladaron a Nueva York. Sin embargo en “La chica del tren” cambian el escenario de Inglaterra a Nueva York sin ningún motivo, y es muy molesto, porque si estuviera justificado en la historia, si fuera necesario para la adaptación, estaría bien, pero podrían haber hecho la adaptación perfectamente en la ambientación que sitúa la novela.

Después la adaptación copia la estructura de la novela, y aunque en la novela la estructura funcionaba bien, independientemente de que esté usada con más o menos acierto, en la película se vuelve inconexo, hace que la película parezca una serie de mini-episodios seguidos en vez de un solo conjunto. La literatura y el cine son dos medios distintos que funcionan de manera distinta, si se pretende hacer una película de la manera en que funciona una novela termina por ofrecer un resultado insatisfactorio. Al hacer la adaptación de “La chica del tren” tendrían que haber estructurado la historia como está estructurada, por ejemplo, en “Rebeca” (Alfred Hitchcock, 1940), obviando el punto de vista de Megan y desarrollando su historia a través de los puntos de vista de los demás personajes, mostrando los diversos puntos de vista en el mismo plano y no en planos separados.


Visualmente la película compensa un poco su lastre estructural, todo el diseño de producción resulta muy identificable con lo que se imagina al leer la novela. El suburbio vecinal, el tren, el interior de las casas de los personajes, y el vestuario... la fotografía también aporta mucho a conseguir la fidelidad a lo que imagina el lector cuando lee la novela. Visualmente la fidelidad a la novela está bien conseguida.

Los actores son los que más consiguen levantar el interés que hace decaer la mala decisión de la estructura narrativa. Luke Evans está desaprovechado pero lo hace bien, es un buen actor y aquí le hecha ganas. Emily Blunt está grandiosa como la protagonista Rachel, fue una decisión de casting acertadísima, hace una muy buena actuación, muy buena. Edgar Ramírez no lo hace mal pero tampoco es el que más destaca. Justin Theroux, Haley Bennet y Rebecca Ferguson consiguen que sus personajes sean más interesantes y dimensionales en la película que en la novela. Y Lisa Kudrow, pese a salir sólo dos minutos, está magnífica. Que grandísima actriz es Lisa Kudrow (merecía como mínimo una nominación al Oscar a mejor actriz secundaria por “Wonderland”), en “La chica del tren” sólo sale dos minutos y consigue ser tan recordada como la protagonista.

En conclusión. “La chica del tren” termina por ser una incorrecta adaptación, considerando que podría haber sido bastante mejor que la novela y no era difícil, y una insuficiente película debido a un “quiero y puedo pero no me atrevo”.

Loe mejor: Emily Blunt y Lisa Kudrow.

Lo peor: Que Tate Taylor no estuviera tan motivado cuando hizo “La chica del tren” como cuando lo estuvo cuando hizo “Criadas y señoras”.

Mi calificación es:

CRÍTICA DOCTOR STRANGE (2016), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: La vida del Dr. Stephen Strange cambia para siempre luego de un accidente automovilístico que lo deja sin poder mover sus manos. Cuando la medicina tradicional falla, se ve obligado a buscar una cura y esperanzas en un lugar impensado: una comunidad aislada llamada Kamar-Taj. Rápidamente descubre que éste no es sólo un centro de recuperación, sino también la primera línea de una batalla en contra de fuerzas oscuras y ocultas empeñadas en destruir nuestra realidad. En poco tiempo, Strange, armado con sus poderes mágicos recientemente adquiridos, se ve obligado a elegir entre volver a su antigua vida de riqueza y estatus o dejarlo todo, para defender el mundo como el mago más poderoso del planeta.

CON SPOILERS

“Doctor Strange” resulta una de las mejores películas de Marvel, una de sus mejores adaptaciones y mejor conseguidos, y tiene mucho mérito, por “Doctor Strange” era un personaje y un cómic muy difícil de adaptar a una película puesto que, al igual que pasa con “Dragon Ball” hay aspectos del manga/cómic que funcionan muy bien en el manga/cómic pero es muy complicado trasladar a una película en imagen real sin que parezca inverosímil o ridículo o absurdo. Aquí lo han conseguido, han hecho una adaptación fiel al personaje y que recoge aspecto del cómic que, trasladados a la película, no desentonan. Uno ve la película y compra lo que ve, lo acepta.

El director de “Doctor Strange”, Scott Derrickson, que dirigió hace unos años el remake de “Ultimátuma a la Tierra”, se permite coger aspectos de otras películas para hacer esta adaptación. En “Doctor Strange” podemos ver claramente aspectos de “Inception”, “Batman Begins” e incluso “Iron Man”. Y lo hace bien, no lo esconde y no es una simple copia, sólo coge esos elementos y los utiliza para su propia historia. Y la historia que construye Derrickson está muy bien, está bien desarrollada, está bien estructurada, mantiene el interés continuamente sin decaer en ningún momento.

Al centrarse la historia sólo en un personaje, el protagonista, en vez de en un grupo cada uno de los cuales es protagonista, como sucede en “Capitán América: Civil War” o “Los Vengadores: La era de Ultrón”, en esta adaptación de “Doctor Strange” hay un arco principal de transformación del protagonista y no tanto un arco de desarrollo de los acontecimientos, que también lo hay, pero no se come ni estorba el arco principal.


La película empieza a lo “Iron Man”, con el protagonista en su mundo: arrogante y egocéntrico, un máquina y un exitoso en su trabajo, presumidamente rico. Entonces le ocurre lo que le ocurre que le afecta a su cuerpo. El accidente de tráfico que sufre Steven Strange es en plan “me lo estoy currando todo lo que puedo para tener un accidente”, y además el accidente es muy bestia, choca con otro coche, cae por un barranco, da vueltas de campana que es un no parar, y Strange sólo se rompe las manos y poco más. En los anuncios de la DGT de hace unos años el coche recibía un sólo golpe y salía un niña atravesando la luna y espachurrando su cráneo por el calzado.

Después la película sigue en plan “Batman Begins”, con Strange yendo al Nepal para entrenarse en el dominio de la hechicería con el fin de poder recuperar la movilidad completa de sus manos y poder volver a trabajar como neurocirujano, pero que luego van surgiendo problemas que le llevan a convertirse en un superhéroe. El proceso de aprendizaje de Strange está bien mostrado, pero se hace demasiado corto. Steven Strange aprende más en veinte minutos de película que Harry Potter en ocho películas. A “Doctor Strange” le hubiera venido bien diez minutos más de aprendizaje del protagonista, y no se hubiese hecho larga la película ni se hubiese hecho más lenta, de hecho la película dura poco menos de dos horas, la película se pasa volando, es entretenidísima, hasta te deja con ganas de más, por eso ese poquito más hubiese venido muy bien.

La película también tiene aspectos de “Inception”, que no muestra tanto en el arco de transformación del protagonista sino en el arco de acontecimientos en los que el protagonista se verá inmerso y que harán que se convierta en un superhéroe. Tal cual empieza la película esta ya nos muestra cómo surgen los problemas (posteriormente en la película se explicará porqué surgen estos problemas), y es un comienzo que recuerda mucho al comienzo de la primera película de Star Wars, cuando las tropas imperiales abordan la nave de la princesa Leia para conseguir los planos de la estrella de la muerte. Uno de los dos malos (el otro no interviene hasta el clímax de la película) entra con sus secuaces en la biblioteca del Kamar-Taj, que es algo así como Hogwarts pero en Nepal, y se llevan unas páginas de un libro con unos conjuros después de decapitar ritualmente al bibliotecario, que tampoco se entiende que necesidad había de matar al bibliotecario así con tanto esmero parafernálico, como si se trata de un bautizo o de la primera comunión, un tiro en la frente y déjate de hostias. La directora de la Escuela de Magia y Hechicería del Nepal para fulanos de Nueva York, La Anciana, interpretada por Tilda Swinton, los descubre e intenta detenerlos, y aquí ya empieza la psicodelia inceptinoide dónde los efectos visuales lucen impresionantes. Y no es sólo al principio, después hay tres o cuatro momentos más en plan “Inception” que son impresionantes, y que son buenas escenas de acción dónde, a pesar de lo acelerado que es el tempo, todo se ve bien.


Las película no sólo se enriquece de dosis de acción, sino también de agudos toques de humor que no son gratuitos y que funcionan muy bien, son muy divertidos y se integran perfectamente en el conjunto de la historia. Hay momentos de humor que son grandiosos y en el que es imposible que no te rías, como la escena Beyoncé, impagable. También hay una trama amistad/romance del protagonista con el personaje Rachel McAdams que esta bien narrado, y no resulta moñas como el romance de Thor con el personaje de Natalie Portman en las películas de Thor.

El tono dramático del film lo aporta el trauma del protagonista con sus manos, y que se parece mucho a lo que le ocurre al personaje protagonista de la serie “House” con su pierna coja. Aquí está muy bien aprovechado el trauma de las manos, es creíble el padecimiento del protagonista por su incapacidad de mover las manos como quiere y necesita que se muevan, como espectador te crees ese sufrimiento.

En la película también funciona muy acertadamente la épica, en la película hay varios momentos épicos, en especial el clímax. Recuerda un poco al final de la película “Alatriste”, cuando Diego Alatriste, junto con un puñado de compañeros de armas, se ve con un parlamento del ejército que les asedia, el que habla en nombre del ejército enemigo le dice que el duque tal les admira porque han luchado bien y con valentía y que les ofrece una rendición honrosa y conservar sus banderas y tal cual, y Alatriste responde decidle al duque tal que agradecemos sus palabras pero éste es tercio español. Pues en “Doctor Strange” es lo mismo. Cuando todo parece perdido, cuando el enemigo es invencible y sólo quedan tres para hacerle frente, se le pone delante el Doctor Strange y le dice tú de aquí no pasas. Eso tiene mucho mérito porque, mientras en otras películas se necesita de grandes ejércitos para hacer épica, en “Doctor Strange” basta con uno. Un clímax memorable, grandioso, buenísimo.


La película está bien enlazada con el resto del universo Marvel, los easter-egg están bien, sobretodo el edificio Stark en Nueva York y la gema del infinito. Hubiera estado muy bien un cameo de Spiderman o Peter Parker, que se viera a Tom Holland haciendo algo en las escenas que suceden en Nueva York, echando una mano a Strange en su enfrentamiento contra el personaje de Kaecelius. Un poquito de aparición, na siquiera, hubiese sido una buena guinda.

Ninguna queja del trabajo de los actores. Benedict Cumberbathc está grandioso, está soberbio. Tilda Swinton no se queda atrás, es una grandísima actriz, una de las mejores actualmente, y en “Doctor Strange” se marca una actuación fenomenal. Chiwetel Eijofor (paso de pronunciar su nombre) lo hace bastante bien, al igual que Rachel McAdams que está magnífica. Y Mads Mikkelsen, que haga lo que haga lo hace muy bien, en esta película aguanta el tipo ante Cumberbatch y Swinton.

Lo mejor: Todo está tan bien que resulta infructuoso determinar qué es lo mejor.

Lo peor: Que la película no dure un poco más, que no hay un poco más de película.

Mi calificación es: 

CRÍTICA BUSCANDO A DORY (2016), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: Un año después de los acontecimientos narrados en "Buscando a Nemo", Dory vive apaciblemente con Marlin y su hijo Nemo. Pero durante un viaje para ver cómo las mantarrayas migran de vuelta a casa, los problemas de memoria de Dory parecen desaparecer durante un segundo: recuerda que tiene una familia e inmediatamente decide emprender el viaje para reencontrarse con sus padres, a los que perdió hace años.

Hay que empezar con la inevitable pregunta ¿Qué tal es “Buscando a Dory” comparada con “Buscando a Nemo”? “Buscando a Nemo” es una obra maestra. “Buscando a Dory” no llega tanto, pero no por eso es una mala película, todo lo contrario, es buenísima. No es una obra maestra, pero no está lejos de haberlo sido. Es una película excelente, que está muy bien, y sin escrúpulos puedo afirmar que es una de las mejores que he visto de éste año.

No es de extrañar siendo “Buscando a Dory” una película de Pixar, la segunda mejor compañía de animación. Pixar personalmente no me ha decepcionado (al menos en las películas que he visto de la compañía, que son la mayoría pero no todas), pero digo que es la segunda mejor compañía de animación porque la primera es Ghibli. No por eso menosprecio el trabajo de Pixar ni sus películas, nada más lejos. Muchas de las películas de Pixar son obras maestras o casi obras maestras: “Brave”, “Los increíbles”, “Wall·E”, “Toy Story 3”, “Ratatouille”, etc. Pero claro, Ghibli tiene “Arrietty en el mundo de los diminutos”, “Porco Rosso”, “”Cuentos de Terramar”, “Susurros del corazón”, “El castillo ambulante”, “El castillo en el cielo”, “La princesa Mononoke”, “La tumba de las luciérnagas”, “El viaje de Chihiro”, “Nicky, la aprendiz de bruja”, “El vineto se levanta”... no hay color.

Volviendo a la película que nos ocupa, “Buscando a Dory” tiene algunos aspectos parecidos con “Buscando a Nemo”. Claramente no son la misma película, hubiese sido un error desastroso que “Buscando a Dory” fuera la misma película que “Buscando a Nemo”, porque para eso ya está “Buscando a Nemo”. En ambas películas hay dos viajes que se van produciendo al mismo tiempo, alternando dos tramas. En “Buscando a Nemo” está la trama de Marlin buscando con Dory a su hijo Nemo, y está la trama de Nemo intentando escapar de la pecera del dentista para reencontrarse con su padre. Y en “Buscando a Dory” también es parecido, está la trama de Dory buscando a sus padres, y está la trama de Marlin y Nemo buscando a Dory.


Pero el viaje principal que se hacen en ambas películas explican cosas distintas. En “Buscando a Nemo” el viaje de Marlin buscando a su hijo Nemo es un viaje de superación al propio miedo, Marlin supera su miedo a lo inexplorado, a la lejanía de sus seres queridos, para encontrar a su hijo, que es un miedo que sigue teniendo incluso en “Buscando a Dory” pero que supera cuando es necesario. También se puede ver algo de eso en “Buscando a Dory” con el personaje de la ballena beluga Bailey, que no intenta hacer lo que perfectamente puede hacer por el miedo que tiene de no poder conseguir hacerlo. En cambio en “Buscando a Dory” el viaje de Dory para encontrar a sus padres es un viaje de superación a sus propias limitaciones, que ya se veía un poco con el personaje de Nemo en “Buscando a Nemo”, pero que en “Buscando a Dory” se explica mucho más, y no sólo con el personaje de Dory, sino también con otros personajes como la tiburón ballena Destiny, la pato Becky, o el león marino Gerald.

La tesis de “Buscando a Dory” es que uno puede superar sus limitaciones, físicas o mentales, y no verse vencidas por ellas, pudiendo llegar a conseguir cosas que alguien sin limitaciones no se atrevería a hacer, y que hay que tener paciencia con los que tienen limitaciones y no empujarles a hacerlo todo de la misma manera que los que no tiene limitaciones, porque pueden conseguir y hacer lo mismo, sólo que de otra manera. Es una tesis muy bonita, y que está muy bien explicada en la película, y que puede enseñar tolerancia y comprensión al público mayoritario de la película, los niños.

La película tiene su dramatismo, hay momentos que son casi de llorar, pero también hay humor, un buen humor debido a cómo son muchos de los personajes, porque en la película hay personajes que son grandiosos pese a lo poco que aparecen algunos. El pulpo Hank, por ejemplo, que es un robaescenas, muy grande el personaje. También están Destiny y Bailey, que se complementan muy bien el uno al otro, la pato Becky, que es para partirse de risa, extraordinario personaje pese a lo sencillo que es, y los tres leones marinos, que son inolvidables.


La película está muy bien de guión y de ritmo. El humor y el dramatismo están bien cohesionados, no pasa que el humor intenta comerse al dramatismo y viceversa, sino que hay escenas que son dramáticas y luego hay otras de humor, no hay una escena dónde hay humor y dramatismo a la vez, y eso es muy acertado. La película dura 97 minutos con los títulos de crédito, que hay que verlos hasta el final porque hay una escena post-créditos que está muy bien, y la película no necesita más. Hay un par de momentos en que la película decae un poco de ritmo, pero no tarda en volver a levantar el ritmo.

La animación es espectacular. Tampoco es lo más importante en una película de animación, pero aunque “Buscando a Dory” tenga un buen guión, si la animación fuese como la de la serie de animación “Reboot” (serie canadiense de animación digital de 1994) pues perdería muchísimo.

El diseño de los personajes animales no humanos (para los listos que dicen que los humanos no somos animales, el homo sapiens sapiens es una especie animal, es una evolución de otra especie animal) está muy bien conseguido. Resulta constatable que los animadores se pasaron un buen tiempo estudiando detalladamente la anatomía de las distintas especies marinas.

Los personajes humanos están bien definidos, pero tampoco son hiperrealistas como en “Kingsglaves: Final Fantasy XV”. Normalmente Pixar se curra más el diseño de los personajes humanos cuanto estos tienen más protagonismo, como en “Los increíbles”, “Inside Out” o “Toy Story 3”, y aún así no los diseñan para que sean hiperrealistas, porque no juegan a eso, pero aunque en “Buscando a Dory” los personajes humanos son poco más que un relleno siguen estando bien hechos en cuanto a animación, no desentonan en cuanto a calidad de animación con el resto de especies animales.


Hay otros aspectos de la animación que también hay que destacar, como el agua, que está excelentemente animada digitalmente, o el hecho de cómo hacen algunos planos que a la hora de animarlos tuvieron que dedicarle mucho trabajo y muchas pruebas de cómo hacerlo. Por ejemplo, un subjetivo de Dory que hay en el último tercio. Ese plano, ese subjetivo de Dory, es espectacular, magistral, asombroso. Cuando terminé de ver ese plano paré la película, volví atrás, y me puse a ver ese plano otra vez porque me quedé boquiabierto. Ese plano es un buen y gran ejemplo de como y porqué se debe usar un plano subjetivo. Ese plano subjetivo es arrebatador, porque no es un plano subjetivo de Dory en el que ella ve que sus seres más queridos se alejan de ella, es un plano subjetivo de Dory en el que ella ve que ella se aleja contra su voluntad de sus seres más queridos, y eso es mucho más dramático, y el plano subjetivo hace que el espectador perciba y sienta esa tragedia que está sintiendo emocionalmente Dory.

“Buscando a Dory” es una de las mejores propuestas cinematográficas en lo que llevamos de año (que ya llevamos mucho), y una muestra más de que Pixar puede aún ofrecer excelentes películas y alguna que otra obra maestra.

Mi calificación es:

CRÍTICA MI AMIGO EL GIGANTE (2016), POR ALBERT GRAELLS

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Steven Spielberg es uno de los directores de los que más películas suyas he visto, es un director que me gusta mucho y que es uno de los mejores directores de cine que hay actualmente. Por eso “Mi amigo el gigante” es más decepcionante por cuanto su director es capaz de mucho más y de mucho mejor.

Visualmente la película es una delicia. La fotografía está muy bien trabajada, está muy bien trabajado el uso de la luz. La planificación visual también está muy bien pensada, la composición visual dentro del cuadro y los movimientos de cámara son una muestra más de que Spielberg sabe resolver muy bien visualmente cada escena.

Los efectos especiales son espectaculares, sorprendentes. No sería de extrañar que “Mi amigo el gigante” fuera nominada al Oscar de mejores efectos visuales, porque estos en la película están muy bien integrados con la imagen real.

La música de John Williams es una buena composición, no es el mejor trabajo de Williams pero está bien. Las actuaciones están bien, en general hay un buen diseño de producción, hay un buen trabajo de sonido... ¿Qué es lo que falla entonces? ¿Que es lo que falla en la película que hace que no sea buena pese a que todo lo demás está bien, y en algunos aspectos muy bien? Principalmente dos cosas, es tremendamente aburrida y tremendamente moñas.

“Mi amigo el gigante” tiene un tempo muy lento, todas las escenas son más largas de lo que deberían porque se ha intentado que dé para dos horas una historia que como mucho da sólo para una hora. La película podría haber durado perfectamente la mitad, hay mucho relleno, pero mucho. Hay una escena, por ejemplo, en el último tercio, que es muy larga, y es total y absolutamente prescindible, no aporta nada. Es la escena en que el gigante amigo de la niña protagonista desayuna en el palacio de la reina con la reina y su amiga la niña. Si se quita esa escena la película no pierde nada.


Es muy frustrante cuando Spielberg trabaja un tempo o un ritmo muy lento porque eso hace que películas suyas que podrían ser muy buenas, por eso mismo, por tener un tempo o un ritmo muy lento, terminan por ser malas. Por ejemplo, “El imperio del sol”, “Amistad”, “War Horse” o “Lincoln” serían obras maestras sino fuera porque son un coñazo, se hacen exasperantemente largas, sobretodo “El imperio del sol” y “War Horse”. En todo lo demás esas películas no sólo están bien, sino que están muy bien, pero la lentitud del ritmo o del tempo hace que lo que podrían haber sido obras maestras terminen por ser malas película. No importa que una película tenga grandes actuaciones, un excelente guión, una magnífica composición musical, una extraordinaria fotografía, etc. De nada sirve todo eso si la película aburre, porque una película no sólo arte, es entretenimiento. La gente no quiere aburrirse, la gente no busca aburrirse, no es divertido aburrirse, no es placentero, la gente no se lo pasa bien aburriéndose. La gente no paga para aburrirse, paga para entretenerse. De nada le sirve a un espectador que las actuaciones estén muy bien, que el diseño de producción esté muy bien, y que la fotografía esté muy bien sino se lo pasa bien viéndolo porque se aburre como una ostra.

¿A cuenta de que “Mi amigo el gigante” dura dos horas si bastaba con que durara la mitad? Porque tampoco cuenta mucho, más bien poco. He visto películas que contaban más en menos de una hora de metraje que los que cuenta “Mi amigo el gigante” en dos horas, y no tenían un tempo o un ritmo frenético. ¿Qué miedo tenía Spielberg a hacer una película de una hora? ¿Creía que por durar menos iba a ser menos buena? Que una película sea buena o mala no depende de que dure más o menos. “Navidades en julio” de Preston Sturges dura sólo una hora y es una película excelente.

Es muy extraño porque Spielberg ha demostrando ser perfectamente capaz de hacer una película con un buen ritmo y un buen tempo, sobretodo películas de aventuras o infantiles, como “Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio”. No se entiende que después de trabajar tan bien el ritmo y el tempo en “Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio” Spielberg haya hecho ahora “Mi amigo el gigante”. ¿Si lo hizo tan bien antes, porque lo hace tan mal ahora?


Otro aspecto muy negativo de la película, y que la empeora todavía más, es que es muy moñas. No he leído el relato de Roald Dahl en el que se basa la película, de éste autor sólo he leído “Matilda”, pero “Matilda” no era moñas, “Matilda” tenía puntos oscuros en su historia. No sé si es así en el relato de “El gran gigante bonachón” o si también es moñas y la película respeta eso. Sea moñas o no el relato de “El gran gigante bonachón” hay que dejar claro una cosa, la literatura es la literatura y el cine es el cine, son dos medios distintos, por lo tanto la misma historia por narices será distinta en una película de lo que es en un libro. Si algo en una novela está mal o no funciona, al hacer la adaptación no se tiene la obligación de adaptar ese aspecto. Por lo tanto si una novela es moñas no hagas moñas la película, y si la novela no es moñas pues entonces tampoco tienes necesidad de hacer moñas la película.

Esta moñería hubiese estado muy bien que Spielberg la hiciera a finales de los 70 o principios de los 80, porque en aquella época los niños, que es el público mayoritario al que va destinado la película (a parte de los aficionados a Roald Dahl), lo que habían visto o veían era “Kung Fu”, “Bonanza” y “Pippi Calzaslargas”. Pero los niños del siglo XXI lo que ven o han visto es “Digimon” o “Detective Conan”, que son propuestas para un público infantil pero que tienen puntos oscuros. “Detective Conan” es un niño de seis años que no hay semana que no vea un cadáver de alguien brutalmente asesinado o alguien intenta matarle, y “Digimon” plantea una psicología y relación de personajes que son niños mil veces más adulta que “Mi amigo el gigante”.

Spielberg puede hacer “La lista de Schindler”, “Munich” o “El puente de los espías” tantas veces como quiera, ese es el Spielberg que yo quiero ver, no el Spielberg que, en vez de hacerme “Evangelion”, me hace “Las tres mellizas”, por ejemplo, y salvando las distancias entre Roser Capdevila y Roald Dahl.

Mi calificación es:

CRÍTICA EL CONTABLE (2016), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: Christian Wolff es un contable y genio matemático, un hombre extremadamente tranquilo, obsesivo con el orden y con mucha más afinidad con los números que con las personas, que lleva una criminal doble vida.

CON SPOILERS

“El contable” es un film que, pudiendo haber llegado a ser una propuesta interesante y estimulante, termina por ofrecer un resultado decepcionante y vergonzoso.

Esta película, dirigida por Gavin O'Connor, intenta ser un combinado de varios subgéneros, sin terminar de definirse o centrarse en ninguno, y acabando por concluir en un poti poti insustancial.

El guionista de “El contable”, Bill Dubuque (cuyo primer guión fue el de la estupenda “El juez”), hace una clara emulación al subgénero de “asesino implacable que se redime protegiendo a una chica”, del que podemos encontrar ejemplos en “Hitman”, “El redentor”, “The killer”, “The equalizer”, “El caso Bourne”, “El fuego de la venganza”, “Returner”, “An assassin”, “Rurouni Kenshin”, “A bittersweet life”, etc. Es un subgénero que al que escribe le entusiasma y no se pierde ni una película que se presenta con esa premisa, ergo por supuesto le faltará tiempo de ir a ver “Logan” al cine cuando se estrene, pues promete ser una estimulante propuesta de dicho subgénero.

Dubuque podría haberse centrado en desarrollar sólo esta premisa de “asesino implacable que se redime protegiendo a una chica”, y le hubiera salido bien, porque no necesitaba más, pero por algún motivo lo mezcla con la premisa de “héroe solitario y misterioso que ayuda a los demás y luego se va sin más”, del que podemos encontrar ejemplos en “Jack Reacher”, “McGyver”, “Kung Fu”, etc. Eso ya hubiese sido una combinación arriesgada y complicada de cuajar, pero es que además le añade la premisa de película de superhéroes sin superhéroes, del que podemos encontrar ejemplos en “El protegido”, “Steamboy”, “Beowulf”, e incluso “El aviador”. Eso hace que “El contable” tenga un poco de cada pero no se defina en nada, la mezcla no cuaja, y no se entiende qué pretende ofrecer principalmente la película.


El guión también peca de momentos estúpidos. Al principio de la película el personaje de J. K. Simmons, Ray King (muy original el nombre), un jefe de la policía de la unidad de delitos financieros o algo así, descubre que el personaje de Cynthia Addai-Robinson, Marybeth Medina, obvió en su currículum que de adolescente había sido detenida por hurto y demás delitos antes de ir a la universidad y reformarse y llevar una buena vida, y la amenaza con denunciarla por haber ocultado esa información en su currículum a no ser que haga el trabajo que debería hacer él y por el que le pagan los contribuyentes. Dubuque hace pasar por buena persona a un personaje no sólo negligente en su trabajo, sino que amenaza y chantajea a otros con mandarles a la cárcel sino hacen el trabajo que debería estar haciendo él y para el cual le pagan. Que además es absurdo ¿Cómo se puede enviar a alguien a la cárcel por obviar información en su currículum? ¿La película sucede en Estados Unidos o en Corea del Norte o Arabia Saudí? ¡Pues claro que la chica obvió en su currículum que de adolescente fue una delincuente! ¡Nadie pone en su currículum que ha sido un delincuente! ¡Nadie le contrataría! 3 años en McDonald's, 2 años en Burger King, 7 años en KFC, ah, y 22 años en la penitenciaría de máxima seguridad de Birmingham por la violación y el asesinato de una menor. Venga, hombre, por favor, seamos serios.

Pero es que el personaje de Simmons todavía tiene más guasa. El personaje de Jeffrey Tambor, Francis Silverberg, le dice a Ray King que puede darle información de todas las cuentas de una familia mafiosa a cambio de protección. Y pese a que es su puto trabajo investigar los delitos financiaros, Ray King suda de la información que le proporciona Silverberg y deja que la familia mafiosa se lo cargue.


Lo de la familia mafiosa también tiene tela. Silverberg les arregla las cuentas durante 40 años con absoluta fidelidad, y deciden cargárselo sólo porque es viejo ¿Pero qué lógica tiene eso? Si es viejo lo despiden, le dan una buena prima por todos sus servicios prestados, dejan que viva en paz lo que le resta de vida, y contratan a otro contable, pero que no le maten ¿A cuenta de qué tienen que matarlo? ¿Qué mensaje dan a los demás? Crea desconfianza, hace que nadie quiera trabajar para ni comerciar con ellos. ¿Para qué ibas a trabajar para una familia mafiosa que se carga a sus empleados porque sí? Cuando cogen a Silverberg le torturan hasta la muerte por haberse largado de la lengua ¡Pero si iban a matarle igual! ¿Cómo pretendían que Silverberg no se largara de la lengua a cambio de protección si iban a matarle?

Como estas hay tantas más incongruencias en la película, hay momentos que son absolutamente inverosímiles. El final del clímax, por ejemplo, cómo el protagonista, interpretado por Ben Affleck, se carga al malo. Es un momento tan simple y anticlimático que es absurdo e insatisfactorio. Y las motivaciones del malo también son absurdas. Se carga a su mejor amigo de toda la vida y a su hermana para poder fabricar más prótesis de miembros ¿No había otra forma de hacerlo que no fuese matar a su mejor amigo y a su hermana para que no se descubra que blanquea dinero? ¿Usar los beneficios que ya tiene su empresa, por ejemplo? ¿Crear una fundación y recaudar donaciones de ricos? No sé, Bill Gates es muy filantrópico, y tiene decenas de miles de millones de dólares, y también son filantrópicos muchos multimillonarios, no cuesta nada hablarles de tus proyectos de ayudar a personas que han perdido miembros del cuerpo y seguro que algunas decenas de millones de dólares te dan, sobretodo cuando tú mismo eres superultramegamillonario y puedes poner tú mismo el dinero en vez de ir matando a tu mejor amigo de toda la vida y a tu hermana.


La dirección de O'Connor no es mucho mejor, resulta convencional, impersonal, no destaca en nada, no hay nada de la dirección que llame la atención. O'Connor no es capaz de darle a la película un buen ritmo, hay varios altibajos, escenas totalmente prescindibles que dan una información innecesaria que ya se ha explicado o que se explica después.

La fotografía es muy pobre, la escenas nocturnas están muy mal iluminadas en la película, no hay una buena iluminación de la noche en “El contable”, y sorprende, porque el director de fotografía de “El contable” es Seamus McGarvey, que es el director de fotografía de “Cincuenta sombras de Grey” y “Godzilla”. McGarvey es una director de fotografía que sabe iluminar las escenas nocturnas, por lo que no se entiende que en “El contable” realice un trabajo que deja tanto que desear.

Las actuaciones están bien, sobretodo las de Ben Affleck, J. K. Simmons, Jeffrey Tambor y John Lithgow. Pero claro, si los personajes están mal dibujados, pues los actores poco pueden hacer para mejorarlos aunque le echen ganas.

“El contable” termina por ser un thriller ridículo e inverosímil, con una historia que no tiene sentido, y mal realizada en muchos aspectos.

Mi calificación es:

CRÍTICA SULLY (2016), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: Chesley “Sully” Sullenberger es un piloto aéreo que en enero de 2009 se convirtió en un héroe cuando, al poco de despegar, su avión se averió y logró realizar un aterrizaje forzoso del aparato en pleno río Hudson, en Nueva York, con 155 pasajeros a bordo.

“Sully” es el último trabajo como director de Clint Eastwood, y cabe decir que no es uno de sus mejores trabajos, tiene obras como director mejores que “Sully”, pero es una propuesta interesante y que está muy bien.

“Sully” resulta una película interesante porque trata un tema que Eastwood ya ha tratado en otras propuestas como “El intercambio”, y también un poco en “Banderas de nuestros padres”, aunque no de forma tan incisiva. Es el tema del sistema contra el individuo y el individuo frente al sistema, que no es algo nuevo, Frank Capra ya trataba este tema siete décadas antes en películas como “Meet John Doe” o “¡Que bello es vivir!”, pero no es un tema exclusivo de nadie, todos pueden tratarlo, y en “Sully” Clint Eastwood trata muy bien éste tema.

Eastwood explica la injusticia de que el sistema esté por encima del individuo, la injusticia de que el individuo esté al servicio del sistema y no al revés. Y esto no hay que confundirlo con un mensaje liberal, de izquierda. No tiene nada que ver con ser de izquierdas o de derechas, es una cuestión de sentido democrático, porque esto que explica “Sully” es lo mismo que explica “Brazil”, es lo mismo que explica “Gattaca”, es lo mismo que explica “Metropolis”, es lo mismo que explica “Matrix”, es lo mismo que explica “In Time”, es lo mismo que explica “1984”, es lo mismo que explica “Snowpiercer”, es lo mismo que se explica en “Monster” de Naoki Urasawa, es lo mismo que se explica en “Code Geass”. En vez de explicarlo a modo de distopía, en “Sully” Eastwood lo explica en un contexto actual, y sobretodo real, porque no hay que olvidar que lo que se muestra en “Sully” pasó de verdad, igual que ocurrió de verdad lo que explica “Sowden” de Oliver Stone. Esto de que el sistema está por encima del individuo e intenta aplastar al individuo no es algo sólo de distopías, es algo también de la vida real, de nuestra realidad y nuestra actualidad.


Hay que remarcar mucho el tema que trata la película para no confundir, porque “Sully” no es una película sobre el amerizaje forzoso de un avión sobre el río Hudson. La película muestra el amerizaje forzoso del avión pero no va sobre eso, hay que estar atentos al acertado título de la película, “Sully”. Esta es una película sobre el comandante que pilotaba la aeronave y el juicio al que se le somete después del accidente, la película va de eso. “Sully” es un drama personal, humanista, un poco una película de juicios, no una película de catástrofes.

Curiosamente “Sully” es una película bastante telefílmica. “Sully”, con pocos cambios, podría haber sido perfectamente un telefilm de sobremesa. Sustituir los actores principales por actores típicos de los telefilms, quitar las escenas exteriores del amerizaje y las pesadillas y los recuerdos de juventud del protagonista (las escenas en las que más se usan los efectos especiales, impecables, por cierto), montarlo cronológicamente, y el resultado sería un telefilm de sobremesa. Y no es una crítica negativa, al contrario, a mí me apasionan los telefilms de sobremesa, me fascinan, y el guión de “Sully” está tan bien que el resultado no desmejoraría mucho.

No digo con eso que “Sully” sea un telefilm, no es un telefilm, pero podría serlo perfectamente y no por eso sería una mala película, porque el guión es tan bueno que no desmejoraría mucho el resultado en su conjunto por tener una dirección puramente telefílmica. Y el guión es muy bueno porque consigue mostrar épica y grandiosidad con la cotidianidad, pero no la cotidianidad de la burguesía o la aristocracia, como “Lo que el viento se llevó” o “Guerra y paz”, con eso es muy fácil hacer épica y grandiosidad y no tiene ningún mérito. No, la épica y la grandiosidad de la cotidianidad de la gente corriente, gente corriente que ves cuando vas por la calle, el conductor del autobús o la cajera del supermercado, que tienen los mismos problemas que tú, tienen la misma cotidianidad que tú, hasta que un día salvan 155 vidas. Y eso está bien mostrado en la película, porque vemos los problemas cotidianos del protagonista, y son como los de cualquiera de nosotros, y un héroe de verdad, un héroe real, es así. Están muy bien las películas de Spiderman y de Iron Man y demás, con superhéores jóvenes y guapos o multimillonarios y superdotados, pero eso son los héroes de fantasía. Los héroes de verdad, los héroes reales, son viejos y tiene problemas económicos, o son gordos y tienen problemas familiares, o tiene problemas de salud y un trabajo de mierda, pero salvan vidas igual, y son como cualquiera de nosotros, son gente corriente.


El guión muestra muy bien (también Clint Eastwood tanto en el aspecto visual como sonoro, que en la película es muy importante el aspecto sonoro) esa épica que no olvidemos que es de cotidianidad. El momento épico de la película, que sucede en el último cuarto de hora, no sale Tom Hanks levantándose cual Armin exclamando soy un soldado no sé qué no sé cuántos o cual Aragon diciendo que hoy no es ese día y tal y cual. Que están muy bien esas escenas, son muy épicas, pero esa épica está bien para “Ataque a los titanes” o “El señor de los anillos”, que son historias de fantasía. “Sully” no es fantasía, “Sully” recoge algo que sucedió realmente, la película recoge la realidad, y en la realidad no hay la épica que hay en la fantasía, es una épica menos espectacular pero que no deja de ser épica, y que está muy bien construida en base a algo tan sencillo como dos número, 155 y 17, que son muy importantes en el final de la película.

Hay un momento al final de la película, durante el juicio al que es sometido el protagonista por “arriesgar innecesariamente la vida de los pasajeros” (no hago ningún spoiler, es un hecho real sucedido, los trailers ya cuentan buena parte de la película, y el final no es ninguna sorpresa), en que el protagonista simplemente dice “¿Nos ponemos serios, ya?”. Eso es épica, épica de cotidianidad. Habéis intentado joder mi carrera y mi vida por haber salvado 155 vidas, me lo habéis hecho pasar mal durante días, pero hasta aquí hemos llegado, ahora os voy a joder el plan.

No por eso la película es constantemente épica, ni constantemente dramática, catastrófica... no, la película tiene lo justo de épica, tiene lo justo de drama, tiene lo justo de catástrofe, tiene lo justo de película de juicios... ni más ni menos de lo que tiene que tener. Lo mismo ocurre con su duración, sin títulos de crédito finales la película dura 86 minutos y no necesita más, la película no se toma más tiempo del que necesita para contar lo que cuenta.


Eastwood utiliza para contar “Sully” la misma narrativa que usó para contar “Banderas de nuestros padres”, y le funciona porque ambas películas cuentan lo mismo. Del mismo modo que “Banderas de nuestros padres” no era una película sobre la toma de la isla de Iwo Jima sino sobre lo que les sucedió después a algunos de los soldados estadounidenses que lucharon en Iwo Jima, “Sully” no es una película sobre el amerizaje forzoso de un avión de pasajeros sobre el río Hudon sino sobre el comandante que pilotaba la aeronave. Del mismo modo que “Banderas de nuestros padres” explicaba cómo los soldados que sobrevivieron a Iwo Jima les afectó en sus vidas el sobrevivir, “Sully” explica cómo le afectó en su vida al comandante que pilotaba la aeronave el que sobrevivieran él y todos los que estaban a bordo del avión. Como “Sully” no se centra en el amerizaje forzoso del avión, dicho amerizaje, también lo que sucede horas antes y después, está contado a modo de varios flashbacks (como sucedía también en “Banderas de nuestros padres” con la batalla de Iwo Jima), algo muy acertado porque muestra que el amerizaje forzoso del avión no es algo que ocurra en el tiempo presente que narra la película sino algo que sucedió antes, y permite que la película se centre en lo primordial, en lo que quiere contar principalmente.

La dirección es muy buena, no sólo en la planificación visual, los valores de plano y la iluminación, sino también en el tratamiento del sonido, que en la película es muy importante, en “Sully” Eastwood hace un uso muy creativo del sonido, es pieza fundamental de la narrativa de la película, y no me refiero a que se oigan los diálogos, me refiero a efectos de sonido relacionados con los vuelos de avión.

Hay, por supuesto, una muy buena dirección de actores. Eastwood es un muy buen director de actores, y en “Sully” lo demuestra con creces, porque no sólo sabe lo que quiere y cómo lo quiere de los actores protagonistas, sino también de los actores secundarios, de los actores más secundarios y hasta incluso de lo figurantes. Todos los actores, protagonistas, secundarios y hasta figurantes, todos están muy dirigidos y todos lo hacen bien. Cuando un director pone tanto esmero en dirigir incluso a los figurantes, en saber qué y cómo quiere de todos y cada uno de los actores que salen en el cuadro, eso se ve en pantalla. Por supuesto los tres actores protagonistas, Tom Hanks, Aaron Eckhart y Laura Linney, están grandiosos, están soberbios, hacen unas magníficas actuaciones.

“Sully” terminar por resultar una de las propuestas más interesantes y mejor dirigidas en lo que llevamos de año (y llevamos muchísimo de año, a la espera de los últimos trabajos de Mel Gibson y Martin Scorsese), una película estimulante de ver y de cuyo visionado se disfruta mucho por lo bien realizada que está hecha en su conjunto, no sólo en la dirección sino también en el guión, las actuaciones, la música, la fotografía, el sonido, los efectos visuales, etc.

Mi calificación es:

CRÍTICA PRECIOUS (2009), POR ALBERT GRAELLS

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“Precious” es uno de los mayores despropósitos que quien escribe he tenido la desgracia de sufrir, la película es un gran montón de mierda. Toda la película entera es una aclamación al mal gusto cinematográfico elevado a su máxima potencia. “Precious” es una basura con pretensiones lacrimógenas tan exagerada que viene a decir que si no lloras con esta gratuita exageración de la desgracia y miseria humana es que eres un nazi que odia a las adolescentes negras megaobesas analfabetas empobrecidas con sida violadas por su padre, maltratadas por su madre y con dos hijos, ambos también con suda y uno de ellos con síndrome de down.

La película no hace llorar, hace reír. Uno se descojona de lo absurda que es la película y de lo mal realizada que está hecha. Pocas veces el arriba firmante ha visto una película tan mal realizada. Se nota que el director, Lee Daniels, no tiene ni idea. Resulta una buena idea lo de los premios Razzie, sobretodo para directores tan competitivos como Daniels, que se lo curran un montón para ganar cuantos más mejor. Si también le hacen ilusión las críticas negativas, y sus trabajos evidencian que así es, pues no será un servidor quien le quite la ilusión

La protagonista de la película es Clarice Precious Jones, el ser más desgraciado sobre la faz de la Tierra, pero más concretamente sobre el Harlem de 1987, infestado de negros maltratadores adictos al crack (no es racismo, así lo muestra la película). Esta película se regodea con la desgracia y la miseria de la protagonista. 

Durante toda la película se ve cómo Precious intenta mejorar su vida, pero no sólo no lo consigue sino que su vida empeora todavía más. Revoca a la historia de Job, que es puteado por Dios una y otra vez para ver cómo reacciona. Pues lo mismo hace Lee Daniels, putea a la protagonista a más no poder, rebasa los límites de la razón y comprensión humana del buen gusto. ¿Y qué es lo que pasa? Que esta bazofia es nominada nada menos que a seis Oscar, todas y cada una de las nominaciones totalmente inmerecida. Hoy en día prevalece el mal gusto.


Semejante drama debería hacer llorar de tristeza al espectador… si fuera una historia de superación como “Rocky”, pero como una fantasía erótica del nazi de Daniels la película no se puede tomar en serio. En cuanto sale la protagonista afectada por todas las desgracias imaginables para una persona con mentalidad sádica el espectador no puede evitar troncharse de risa de principio a fin ante los disparates que se suceden a lo largo de la película.

Tenemos a la protagonista que quiere adelgazar pero que se zampa todo un cubo lleno de pollo frito, pero sin salsa, que hay que ponerse a dieta. No es una burla propia, es el director el que se burla de la protagonista, haciéndola sufrir y haciéndola quedar mal, tonta e inútil a la menor ocasión. En el primero de los monólogos de la madre de Precious, interpretada por Mo’Nique, durante tres minutos esta insulta a su hija con más insultos que en todas las películas de Tarantino juntas. Perlas como zorra, hija puta, mierda, gorda, joder y puta se repiten infinidad de veces en esos tres minutos.

Los dos monólogos de la madre de Precious, uno al principio de la película y el último al final, están expresamente escritos para el lucimiento de Mo’Nique y hacer que esta gane el Oscar por estar gorda, mal maquillada, sin depilar, llorando y moqueando y recitar el típico “monólogo de Oscar”, pero no por actuar.

Precious va a una escuela alternativa que está en la planta once de un hotel, un lugar genial para abrir un centro educativo subvencionado con el dinero que se recoge de las papeleras del ayuntamiento. ¿Teniendo la película diez millones de dólares de presupuesto no había dinero para rodar en uno de los muchos institutos abandonados de Nueva York, quitar el polvo, poner luces y decorarlo un poquito? ¿No hay montones de decorados de instituto que se aprovechan una y otra vez para las series tontorronas de Disney Channel? La escuela alternativa de la película trata de un vestíbulo, dos pasillos y un aula. Y la profesora y la secretaria son las dos únicas trabajadoras del centro que salen en la película ¿Tampoco había presupuesto para figurantes?


La profesora, una clon de Hally Berry pero en versión lesbi, en vez de sencillamente hacer su trabajo y cobrar a fin de mes, convierte a Precious en el centro de su vida y hace como de asistente social para la chica y se desvive por ella... porque sí. La profesora, que se llama Blue Rain (se ve que Green Lantern ya estaba cogido), consigue refugiar a Precious en casa de su novia, una oportunidad que aprovecha el nazi de Lee Daniels para marcar el típico estereotipo de que la homosexualidad es una moda, y en esta película lo expone con descaro. Cabría preguntarse cómo reaccionaría Daniels si hicieran una película en la que se expusiera que ser negro es una moda. Tampoco debe ser una moda el ser un pésimo director, puesto que a Daniels aun le dura.

El final de la película es de una subnormalidad tremenda. Precious se arma de valor y le dice a su madre que no la volverá a ver, después de decirle a su asistenta social, la única persona de la administración que se interesa en ayudarla, que no quiere su ayuda porque esto le supera, a pesar de que es el trabajo de la asistenta social. Precious se queda en la calle, sin tener a dónde ir, con sus dos hijos pequeños, ambos con sida y uno de ellos con síndrome de down, a los que no podrá alimentar porque no tiene trabajo, y pretende seguir estudiando para llegar a la universidad pese a que como tiene sida no vivirá lo suficiente para hacerlo y sus hijos se quedarán huérfanos sin hogar y sin nadie que los cuide y tampoco vivirán mucho tiempo más porque también tienen sida. Todo esto acompañado de una música alegre y esperanzadora. Acojonante. ¿Porqué Daniels no hizo de éste final una escena musical? Con Precious saliendo a la calle bailando y cantando lo felices y contentos que están ella y sus hijos con sida y sin hogar, y los yonkis y atracadores negros detrás cantando al coro “¡Felicidad! El sida y el crack nos dan grandes momentos de felicidad”. Como en Team América: https://www.youtube.com/watch?v=TzF9qyuhtnc Las asociaciones antivacuna deberían contratar a Daniels para hacer anuncios que conciencien a la gente de los beneficios y las ventajas de contraer infecciones y enfermedades mortales.


Si artísticamente la película es un horror, técnicamente es peor. La fotografía, diseñada por Andrew Dunn, es para pegarse un tiro con tal de dejar de sufrir semejante violación de las más básicas reglas del buen encuadramiento cinematográfico. En los planos contraplanos parece como si Dunn le estuviera haciendo una paja al zoom del objetivo de la cámara. El tratamiento masturbatorio del zoom del objetivo es horroroso, es una vergüenza. Y lo mismo con el enfoque. Es como si Dunn corrigiese continuamente el zoom y el enfoque justo cuando la cámara graba. Qué horror. La fotografía de “Precious” es como el culo de Albert Boadella, es feo de ver y ofensivo a la vista, pero su autor cree que es arte y que se debe ver.

El montaje tanto peor. La mayoría de las transiciones son muy flojas, pero las que utilizan efectos visuales hechos con paint simplemente son criminales, son un ataque al buen gusto y deberían estar prohibidas por ley. Las transiciones visualmente psicodélicas de “Precious” son un ataque al género humano y a su dignidad.

Lo mejor: Por suerte sólo dura hora y media y se pasa rápido. De haber durado tres horas sería para machacarse el cráneo a cabezazos contra la pared con tal de sufrir algo menos doloroso que ver la película.

Lo peor: La película entera. Mantener relaciones sexuales con un tubérculo es mejor para una persona que ver este engendro vomitivo.

Mi calificación es:

CRÍTICA ANIMALES FANTÁSTICOS Y DÓNDE ENCONTRARLOS (2016), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: Año 1926. Newt Scamander acaba de completar un viaje por todo el mundo para encontrar y documentar una extraordinaria selección de criaturas mágicas. Llegando a Nueva York para hacer una breve parada en su camino, donde podría haber llegado y salido sin incidentes… pero no para un muggle llamado Jacob, un caso perdido de magia, y la fuga de algunas criaturas fantásticas de Newt, que podrían causar problemas el mundo mágico y en el mundo muggle.

CON SPOILERS

“Animales fantásticos y dónde encontrarlos” es una película interesante y acertada, no sólo como producto artístico sino como producto comercial. “Animales fantásticos y dónde encontrarlos” no termina de ser tanto una precuela de las películas de Harry Potter, porque la historia que cuenta esta película no guarda ninguna relación con la historia que se cuenta en Harry Potter, salvo por la mención o aparición de ciertos personajes o “señales”, sino que más bien es una película que, aún no teniendo relación directa con las de Harry Potter en su historia, si está contextualizada en el universo de Harry Potter. Comercialmente es una muy buena decisión. Si tienes los derechos de una saga literaria de la que has hecho su adaptación cinematográfica, que ha tenido mucho éxito, y esa saga tiene un universo muy propio, pues puedes aprovecharte de ese universo para hacer nuevas películas, o incluso una serie de televisión, y el público que disfrutó de los libros o de su adaptación cinematográfica pues estará contento porque le están dando más de aquello que le gusta, y consumirá esos nuevos productos que le vendes y tú ganarás más al explotar algo que te funciona y te vende porque gusta. Si algo vende mucho es porque gusta mucho, y la lógica te lleva a pensar que si al público le gusta mucho algo que le has dado, dale más de ese algo porque lo venderás seguro.

Algo tan lógico y sencillo, que es de primero de empresariales, no parece que en Hollywood lo aprovechen como podrían aprovecharlo. De un tiempo a esta parte parece que sí se está siguiendo un poco más está lógica. Por ejemplo en el caso de Marvel, que está explotando mucho su universo, y no sólo en películas sino también en series de televisión, o Disney con el universo de Star Wars, que lo está expandiendo no sólo con secuelas sino con spin-offs e historias paralelas. Pues lo mismo se podría hacer perfectamente con los universos de “El señor de los anillos”, “Los juegos del hambre”, etc.


En éste caso es Warner quien practica esta fórmula con los derechos que tiene de Harry Potter y ha decidido hacer una serie de cinco películas, de las cuales “Animales fantásticos y dónde encontrarlos” es la primera, que estarán contextualizadas, como ya he comentado anteriormente, en el universo de Harry Potter. Me aventuro a suponer, y me arriesgo a asumir que no voy a equivocarme, que Warner no se quedará ahí y que posiblemente, después de estas cinco películas vayan a hacer más películas que sean secuelas directas de las ocho películas de Harry Potter y que cuenten las aventuras de Harry, Ron y Hermione ya como adultos, y no sería descabellado pensar que interpretados por los mismos actores que ya los interpretaron en las ocho películas de Harry Potter.

Nada más empezar, “Animales fantásticos y dónde encontrarlos” ya te da una pista, ya te hace intuir, no sólo algo que tiene su importancia contextual en la historia de la película, sino de por dónde van a ir los tiros en las próximas cuatro películas. Lo más probable es que al menos las dos últimas películas de las cuatro más que tienen previsto hacer se centren en la guerra global mágica y el enfrentamiento entre Dumbledore y Grindelwald, sucedido al mismo tiempo que la segunda guerra mundial muggle, y que vayan a jugar con eso, con una intervención de la guerra global mágica en la guerra mundial muggle, y con el personaje de Newt Scamander interviniendo también de algún modo en la guerra global mágica. Seguramente la última película de esta serie de cinco película se centrará en la batalla final que ponga fin a la guerra global mágica, es decir, el enfrentamiento entre Dumbledore y Grindelwald y sus respectivas fuerzas de apoyo, y esperemos que sea una batalla más épica y espectacular de lo fue la batalla de Hogwarts en “Harry Potter y las reliquias de la muerte, parte 2”.

“Animales fantásticos y dónde encontrarlos” tiene, sorprendentemente, una gran carga política, más incluso de lo que tenía “Harry Potter y la Orden del Fénix”, que ya era atrevidamente política. El comienzo de la película es magnífico, nos muestra el contexto histórico mágico de la película, el ascenso de Grindelwald en Europa, su aumento de influencia y popularidad en una parte significativa de la población maga europea. ¿A qué recuerda eso? A los inicios del nazismo. La guionista de la película, J. K. Rowling (la autora de los libros de Harry Potter), hace un acertado paralelismo entre lo que sucede en el mundo mágico con lo que sucede en el mundo no mágico. Tanto en el mundo mágico como en el no mágico se populariza un movimiento ideológico radical e intolerante; Rowling usa el contexto histórico mágico inventado por ella misma para hablar de los inicios del nazismo, de la popularidad de ideas de odio, y del peligro que eso suponía para la libertad. De hecho, después de la presentación del contexto histórico mágico, hay un plano general de la estatua de la libertad que luego queda oculta al pasar delante el barco en el que llega Newt Scamander, un barco con el casco pintado de negro. La libertad amenazada por la oscuridad que viene de Europa, mostrado visualmente en un plano genial.


No es la única extrapolación política que hay en la película. Rowling usa la prohibición que tienen los magos de tener relaciones sentimentales o de amistad con los no magos para hablar sutilmente de la segregación racial que sufrían los negros. Y en la película también tiene una importancia muy significativa el feminismo. Hay que recordar que la película se ambienta en 1926, cuando todavía en la mayoría de países las mujeres no tenían derecho al voto, ni había mujeres policía, y las mujeres que estaban en el ejército lo estaban como secretarias de oficiales. Pues en el mundo mágico de 1926 hay mujeres auror, y quien preside el gobierno del MACUSA, el máximo órgano de gobierno de la comunidad mágica de Estados Unidos, es una mujer, y además negra. Eso mola mucho, muestra que en el mundo mágico no hay discriminación por sexo o por el color de la piel, eso en contraste con lo que sucede en el mismo contexto temporal en el mundo no mágico. Ese contraste tan grande hace que se entienda mejor el recelo de la sociedad mágica de Estados Unidos con respectos a la sociedad no mágica de Estados Unidos.

No es difícil ver en los nuevos salemitas una reminiscencia a los perseguidores de comunistas en Estados Unidos, y el personaje de Jon Voight sirve como ejemplificación de las teorías lasswellianas del mass media. También se percibe un clara crítica al tráfico de animales... Hay muchísima carga política en “Animales fantásticos y dónde encontrarlos”, y está bien introducida e integrada en la historia, no está forzada, está bien medida y no agobia. Y además vemos como funciona políticamente el mundo mágico, hay incluso una especie de Naciones Unidas mágico, con inspectores además. Tampoco es que la película sea como un “House of cards” del mundo mágico, pero se muestra bien cómo funciona la sociedad mágica de Estados Unidos en algunos aspectos, incluyendo el político.

La mayoría de personajes están bien construidos y bien interpretados. Newt Scamander es un buen protagonista, no es el típico action-man o action-hero, de hecho es un personaje muy introvertido, bastante tímido, prefiere el trato y la compañía con los animales antes que con las personas, y en la película se intuye el motivo, sutilmente se muestra porqué el personaje es como es. Eddie Redmayne hace una actuación genial, y no sólo de rostro sino también corporalmente; la manera en que se mueve Redmayne, como camina, como mueve la cabeza... define muy bien a su personaje. El momento en que Scamander hace el baile de apareamiento es muy bueno, en ese momento Redmayne está grandioso. Es un momento interpretativamente muy difícil en cuanto no puede parecer ridículo ni una payasada, y Redmayne consigue que sea un momento verosímil, creíble y serio. Cuando uno ve esa escena no ve a un actor haciendo el payaso, ve a un zoologo practicando un baile de apareamiento de una especie de animal fantástico que ha estudiado, la actuación de Redmayne hace que lo que fácilmente podría haber terminado como algo absurdo y ridículo termine siento un momento creíble y verosímil.


Credence, muy bien interpretado por Ezra Miller, es un personaje muy bien aprovechado. Credence es un personaje que al principio parece insignificante y sin importancia, pero en el último tercio provoca un giro de los acontecimientos y termina por ser un nexo común de cinco bandos distintos: Scamander y sus aliados, el MACUSA, Grindelwald, los nuevos salemitas y el mundo no mágico. Está muy bien el personaje de Credence porque muestra que las apariencias son engañosas y que casi nunca el exterior es un reflejo del interior, que alguien que exteriormente aparenta ser un pusilánime interiormente puede ser todo lo contrario. Es muy fácil juzgar y tratar a un persona por lo que ves de esa persona exteriormente, pero eso hace que no juzgues ni trates con esa persona por cómo es en realidad, y eso la película lo muestra muy bien.

Percival Graves es un personaje muy misterioso hasta el final de la película, es un personaje que hasta el final de la película no sabes cuales son sus verdaderas intenciones, que juega a un doble juego y no sabes qué pretende con eso, hasta que al final se descubre quien es en realidad y entonces entiendes porque se llama Percival, porqué tiene el símbolo de las reliquias de la muerte y porqué trata con Credence con tanta cercanía. Colin Farrell luce muy inquietante y siniestro en la película, muy misterioso, y no sólo por su look sino también por cómo actúa, por cómo habla... Colin Farrell actúa como un espía porque realmente, como se descubre al final, es un espía.

La aparición, al final de la película, del personaje de Grindelwald, que es la verdadera identidad de Percival Graves, no sólo permite un sorprendente final del clímax, sino que también sirve como anticipo de lo que seguramente vendrá en las futuras cuatro películas que seguirán a “Animales fantásticos y dónde encontrarlos”. Aun así no me termina de convencer que el personaje lo interprete Johnny Depp. No es mal actor para nada, es un muy buen actor, pero no lo veo en el papel de Grindelwald. Personalmente creo que una mejor elección hubiese sido Toby Stephens, o Benedict Cumberbatch, o Luke Evans. Personalmente le doy el beneficio de la duda a Johnny Depp porque su aparición en “Animales fantásticos y dónde encontrarlos” no pasa de ser un mero cameo, pero por ahora no me convence, no lo compro. Por cierto, si Porpentina Goldstein desarma a Grindelwald, pasa a ser ella la dueña de la varita de saúco, eso en el caso de que en la película Grindelwald ya haya conseguido la varita de saúco. Habrá que ver cómo enfocan el tema de la varita de saúco en las futuras películas.


Hombre, Jacob Kowalski, éste personaje es muy grande, es imposible no empatizar con éste personaje, muy bien interpretado por Dan Fogler. Es un personaje humilde, de buena voluntad, que no duda en ayudar en algo que le queda muy grande y que supone un peligro para él. Se nota mucho la química entre Kowalski y Queenie Goldstein, te crees el buen rollo que hay entre ellos, ese enamoramiento que resulta evidente, y que no resulta ridículo ni patético porque Kowalski sea orondo y Queenie parezca una estrella de cine. Eso es lo bueno y bonito de la trama de la relación de Kowalski y Queenie, que muestra que el amor no entiende de físico. Es una lástima que al final de la película tengan que acabar con su relación, no costaba nada otro final más feliz, por ejemplo que para poder seguir juntos sin tener que romper las leyes del MACUSA Kowalski y Queenie se vayan de Estados Unidos con Scamander y se vayan a Francia, como Kowalski estuvo luchando en Europa durante la guerra es fácil suponer que sabe algo de francés y en Francia puede montar su tienda de repostería, y Queenie podría trabajar en la embajada del MACUSA en Francia, que supongo que en el mundo mágico también hay embajadas. Ese es un final que personalmente me hubiera gustado más, y hubiera posibilitado una intervención de estos dos personajes tanto en la guerra global mágica como en la segunda guerra mundial.

Si la relación entre Kowalski y Queenie está bien mostrada y explicada, no sucede así con la relación entre Newt Scamander y Porpentina Goldstein, que al final de la película ambos terminan gustándose mucho sin razón alguna, porque sí. Porpentina Goldstein es un personaje que no está bien construido, es un personaje torpe sin necesidad, no parece alguien que haya superado las pruebas para ser auror, no convence el personaje de Porpentina Goldstein.

El personaje de Gnarlack, el duende al que le pone voz Ron Perlman, no está mal, no deja de ser un arquetipo y aun así funciona como personaje, no resulta molesta su presencia en la película, pero no se entiende porqué lleva los dedos girados hacia fuera, es muy raro, no se entiende el motivo de esa particularidad, llama demasiado la atención y distrae del personaje.


Es interesante ver como J. K. Rowling y David Yates muestran en la película reminiscencias a obras tan dispares como “Akira”, “Meet John Doe”, “Jumanji”, “Pokémon”, “El apartamento”, “Cambridge spies”... a pesar de haber tantas reminiscencias y tan variadas no desentona en absoluto, está todo muy equilibrado. En general el trabajo combinado de J. K. Rowling en el guión y David Yates en la dirección funciona bien y está bien resuelto, aunque hay puntos de la película que no terminan de estar bien. Por ejemplo, la maleta de Scamander ¿Pero cómo se le ocurre al protagonista llevar un zoo de animales fantásticos en una maleta que no se cierra bien y se abre cada cinco minutos? ¿Qué le cuesta usar otra maleta? Lo de la maleta se ve forzado.

En la película hay momentos dónde se hace un uso muy creativo de luz. La fotografía tampoco es que sea de Oscar pero está muy bien trabajada, hay escenas en las que la luz resulta un elemento comunicativo tan significativo como la actuación de los actores.

Todo lo que es el diseño de producción es espectacular, no sólo por su tamaño sino también por la recreación histórica. Tanto el vestuario como los decorados y los elementos de atrezo te introducen de lleno en el Nueva York de los años veinte. La recreación del mundo mágico también impresiona; la sede del MACUSA, el vestuario de los magos, el interior de la maleta de Scamander... En general la película tiene un nivel muy notable de recreación escénica, tanto en lo que respecta al mundo no mágico como al mundo mágico.

Los efectos especiales está muy bien conseguidos, sobretodo los efectos de la recreación del Nueva York de los años veinte y de los trucos de magia. Pero hay un par de momentos en los que los efectos especiales no convencen. Primero esa especie de rinoceronte mágico, recreado enteramente por ordenador. Está muy bien hecho, pero se ve que es digital, no porque cante sino porque comparado con otras criaturas hechas digitalmente que se ven realistas el rinoceronte mágica no se ve tan realista. Ocurre lo mismo con el duende Gnarlack. ¿Porqué ese personaje está hecho digitalmente? Está muy bien hecho, pero se percibe que es digital, y es digital sin necesidad. En las películas de Harry Potter los duendes eran actores maquillados ¿Qué costaba hacer lo mismo en esta película? Esos son los dos únicos defectos en el conjunto de un excelente trabajo de efectos especiales.


La música compuesta por James Newton Howard está bien. Tampoco es el mejor trabajo del compositor, no es una composición extraordinaria, pero convence. Personalmente yo hubiese preferido que la música la compusiera Steve Jablonsky o Hans Zimmer, creo que cualquiera de los hubiese hecho un trabajo aun mejor y que hubiese mejorado más el resultado final de la película.

En su conjunto “Animales fantásticos y dónde encontrarlos” es una película que está bastante bien, está muy bien hecha en general, es una presentación de y un buen comienzo para lo que va a ser una saga de cinco película, y a pesar de que tiene momentos de humor es una película muy oscura, más de lo que llegaron a ser las películas de Harry Potter, y tiene lógica porque en esta película los protagonistas ya no son niños ni adolescentes sino adultos. Cabe suponer que ese tono oscuro irá a más en las siguientes películas de esta nueva saga, a medida que se vayan centrando en la guerra global mágica.

Lo mejor: Eddie Redmayne.

Lo peor: Que no haya quidditch.

Mi calificación es:

CRÍTICA EL CASO FISCHER (2014), POR ALBERT GRAELLS

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Sinopsis: La película narra la historia de la preparación y del legendario enfrentamiento por el campeonato del mundo de ajedrez entre Bobby Fischer, campeón de ajedrez norteamericano, y el campeón soviético Boris Spassky. El duelo, que tuvo lugar en 1972, en plena Guerra Fría, fue mucho más que un conjunto de partidas para conquistar un campeonato; prueba de ello es que captó la atención televisada de todo el mundo.

“El caso Fischer” resulta una oportunidad no perdida sino desperdiciada. El guionista y el director de la película tenían un planteamiento con el potencial suficiente como para hacer de “El caso Fischer” una propuesta estimulante, enérgica y motivadora; y la desaprovecharon para construir una suerte de biopic malogrado.

El guionista Steven Knight y el director Edward Zwick prefirieron copiar “Una mente maravillosa” y hacer una película centrada principalmente en cómo al protagonista, el ajedrecista Boby Fischer, le afectaron en su vida privada y profesional sus problemas mentales. El film termina siendo dos horas de Tobey Maguire gritándote a la oreja, y aunque Maguire lo hace muy bien eso es inaguantable.

En vez de copiar “Una mente maravillosa” Knight y Zwick deberían haber copiado “Rush” (del mismo director de “Una mente maravillosa”, Ron Howard). En vez de dar todo el protagonismo a Fischer hasta el punto de hacer de la película un biopic suyo, podrían haber repartido el protagonismo entre Fischer y Spassky, que la película no explicara la vida de Fischer sino que mostrara la competición y el enfrentamiento entre él y Spassky, entre esos dos mayores genios ajedrecistas de su época. Eso habría enriquecido mucho la historia, la hubiera hecho mucho más interesante. Sin embargo Knight y Zwick relegaron a Spassky a personaje meramente secundario, un antagonista del protagonista, lo que desequilibra mucho el relato. Con lo fácil que era repartir el protagonismo a partes iguales entre Fischer y Spassky, no se entiendo cómo no hicieron eso.


La película no debería tratar principalmente sobre Boby Fischer, la película debería tratar sobre el ajedrez, la película debería transmitir pasión por el ajedrez, del mismo modo que “Rush” transmite pasión por la Fórmula 1. En la película lo tenían todo para hacer épica y grandiosidad del ajedrez, lo tenían muy fácil para hacer de una partida de ajedrez una batalla entre las dos mayores superpotencias, porque de hecho en el contexto histórico de la película cada partida de ajedrez era una batalla entre las dos mayores superpotencias, y algo que tiene tanta épica y grandiosidad no se transmite en la película. Ni el guión de Knight ni la dirección de Zwick se esfuerzan en transmitir esa épica y grandiosidad; ni en los diálogos, ni en la relación entre personajes, ni en la planificación visual... hay unos pocos momentos en los que sí parece que la película va a llegar a transmitir épica y grandiosidad sobre el ajedrez, pero cuando está a punto de llegar yo no sé como lo hacen Knight y Zwick que rápidamente se echan para atrás. Deberían haber mostrado los nervios y el estrés que sufren los grandes ajedrecistas antes de y durante la partida, deberían haber mostrado como los grandes genios ajedrecistas planifican mentalmente sus estrategias de movimientos y como estudian las partidos que han hecho sus adversarios, deberían haber mostrado algo que trasmitiera la emoción que debería transmitir la película

No se entiende porque Knight y Zwick muestran el ajedrez de manera convencional y tan poco pasional. El espectador debería sentir ganas de jugar al ajedrez al ver la película, debería sentir emoción por cada partida que se viera, como si fuera una circuito de moto GP o un partido entre el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona pero más importante todavía. Hostias, que es el enfrentamiento entre dos superpotencias, el espectador debería sentir cada partida de ajedrez como si fueran la batalla en el abismo de Helm o la batalla entre Goku y Freezer. No sé, podrían haber metido una escena de Kissinger diciéndole a Fischer “O ganas esta guerra con tus figuritas de madera o la ganamos nosotros con misiles nucleares” o una escena en que Fischer llame a Spassky y se enfrentan verbalmente, cosas así. No es imposible hacer épica y grandiosidad del ajedrez, ni siquiera difícil. En el anime hacen épica y grandiosidad hasta de la cosa más chorra; “Slam Dunk” con el baloncesto, “Oliver y Benji” con el fútbol, “Dome” con el béisbol, “Cinturón negro” con el judo... cada una de esas series te transmite una pasión contagiosa por el respectivo deporte en el que se contextualiza, te dan ganas de meterle una patada atómica a un balón y destrozar la portería o tirar con la mano una pelota de manera que haga ziga-zagas en el aire como la bala mágica del caso JFK. Cosas así.


Knight y Zwick, antes de hacer la película, deberían haber visto “Death Note”, la serie anime. “Death Note” prácticamente explicada la historia de una partida de ajedrez (de dos, más bien), y resulta apasionante y muy emocionante. Incluso en “Code Geass” también se puede ver la historia como una partida de ajedrez, y muestra una épica y una grandiosidad que hace resulte imposible desinteresarse por la historia. Knight es buen guionista, y Zwick... bueno, no es un director extraordinario pero con “Diamante de sangre” demostró que sabe rodar muy bien y que visualmente puede resolver satisfactoriamente. Entonces no se entiende cómo algo que debía de ser épico y grandioso, y era fácil conseguir que lo fuera, Knight y Zwick lo reducen en una simple pasatardes que ni apasiona ni emociona ni convence. Es muy triste, y frustrante.

Compensa un poco, pero no lo suficiente, las impresionantes actuaciones de Tobey Maguire, Liev Schreiber, Michael Stuhlbarg, Lily Rabe y Peter Sarsgaard, éste último interpretando un personaje que no se sabe muy bien cual es su función, porqué y para que está. La caracterización de los personajes y la ambientación histórica están mucho mejor conseguidas que el guión, que muestra fallos en la función de algunos personajes y las relaciones entre ellos.

Lo mejor: La actuación de Tobey Maguire, que hace suyo el personaje, se nota que lo interpretó con todas sus ganas.

Lo peor: La insatisfactoria y en apariencia desmotivada dirección de Edward Zwick.

Mi calificación es:
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